junio 16, 2006

EL CONVENIO

(Interesantísimo trabajo de Moojan Momen, excelente para tener una visión general sobre el Convenio)

El convenio (Persa, 'ahd; árabe, mítháq) El contrato espiritual que vincula a Dios y la humanidad. La Fe Bahá'í reconoce dos convenios: primero, el convenio mayor, entre Dios, representado por la Manifestación de Dios (q.v.), por una parte, y humanidad en la otra, en el cual Dios promete continuar enviando la guía a la humanidad, mientras la humanidad, por su parte, promete obedecer y seguir estas enseñanzas cuando ellas vienen. Parte de este convenio mayor es la obligación que cada Manifestación de Dios de indicar a sus seguidores aceptar la siguiente Manifestación. Segundo, el convenio menor, que obliga a los individuos Bahá'ís a aceptar la jefatura de los designados sucesores de Bahá'u'lláh y las instituciones administrativas de la Fe. La firmeza en el convenio es una de las principales virtudes religiosas Bahá'ís y no incluye sólo aceptación de la legitimidad de la institución Bahá'í sino mucho más generales actitudes de lealtad y compromiso sincero con la Fe Bahá'í y la comunidad Bahá'í. Desafiar la autoridad del centro de la Fe Bahá'í es la ofensa espiritual más seria que un Bahá'í puede cometer. Es llamado rompimiento del Convenio y se considera que es una enfermedad espiritual y se castiga con la expulsión de la comunidad.

A. La Historia del Convenio.
B. El Convenio Mayor.
C. El Convenio Menor.
D. El Propósito del Convenio.
E. El Poder del Convenio.
F. La Firmeza en el Convenio.
G. El violador del Convenio, la violación del Convenio.
H. Resumen.

A. Historia del Convenio
Las escrituras Bahá'ís señalan, y de hecho dan énfasis a la continuidad del tema del convenio mayor en la historia de la religión (o por lo menos el de las religiones Occidentales). El convenio que Dios hizo con Abraham, que Él habría de hacer a Abraham el padre de muchas naciones y bendeciría a sus descendientes (Génesis 17:1-7, 18-21) es invocado por cuanto la ascendencia de Bahá'u'lláh se remonta a la línea de Abraham a través de Katurah. (GPB 94, Génesis 25:1-2) Pero más importante es el Convenio Sinaico, que involucra la obligación de los Israelitas de reconocer y seguir las leyes de Dios a cambio de que Dios exalte Israel. (Éxodo 24:4-8; 28:1-2) También de importancia desde el punto de vista Bahá'í es el convenio profético hecho por Dios a través de Jeremiah (Jeremiah 32:37-42) en el cual promete un día en que Él reunirá a Israel desde todos los países a los que han sido enviados y se los traerá de regreso a la Tierra Santa. Dios promete no dejarlos y hacerlos buenos. ("Y ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Dios." Jeremiah 32:38) Este convenio es importante ambos porque la primera parte es considerada por los Bahá'ís haber sido cumplida por Bahá'u'lláh con la en-recolección de los judíos a la Tierra Santa, y porque la última parte puede ser considerada la forma arquetípica del convenio mayor que ha sido reconfirmado en las revelaciones subsecuentes.

La diferencia fundamental entre la comprensión usual del convenio en la Biblia hebrea y la comprensión bahá'í es que Bahá'u'lláh da enfatiza que Dios está probando a la humanidad a través del convenio. En el Kitáb-i-Íqán y demás fuentes, Bahá'u'lláh escribe que cuando la humanidad acepta el convenio de obedecer la guía de Dios, esto se pone la prueba cuando la próxima Manifestación de Dios viene. Las personas se ponen a prueba de si ellos se armonizan de verdad a la voz de Dios y lo reconoce cuando viene de una nueva fuente o si ellos rechazan la nueva revelación.

En el Nuevo Testamento, la sangre de los animales de sacrificio, que marcaron el sello del convenio en el Judaísmo, (Éxodo 24:8) es reemplazada por la sangre de sacrifico de Cristo (hebreos 9:13-28). El convenio cambia así de ser concerniente con la obediencia de la ley a un convenio en que cualquiera que cree está seguro de la gracia con Dios. Las escrituras Bahá'ís apoyan poderosamente la importancia del sacrificio de Cristo. (GWB 36:85-86) La relación convenial para los Bahá'ís, sin embargo, involucra creencia y obediencia a la ley de Dios por parte de la humanidad.

El Qur'an porta un estrecho paralelo a la descripción del convenio en las escrituras Bahá'ís, describiendo que éste es concerniente con la guía de Dios a la humanidad a través de una sucesión de mensajeros de Dios. (Q 3:80-85)

Las escrituras del Báb están llenas de referencias al convenio, y en particular a la figura mesiánica de "Aquél a Quien Dios manifestará" (q.v.): "De este modo si los seguidores del Bayán (los Bábís) observan los preceptos de Aquél a Quien Dios hará Manifiesto en el momento de su aparición, considerándose a sí mismos y sus obras como estrellas expuestas a la luz del sol, habrán recogido entonces los frutos de su existencia... ". (Bayán Persa 8:1; SWB 97) "Se Tú testigo que mediante este Libro, he establecido un convenio con todas las cosas creadas con referencia a la misión de Aquél a Quien Tú harás manifiesto, antes de que el convenio referente a mi propia misión hubiese sido establecido." (GPB 30) A uno de sus más ilustres seguidores, Vahíd (q.v.), se relata que El Báb dijo: "Si se me asegurase que en el día de Su manifestación, negases, sin vacilar Yo te repudiaría... Si por otra parte, se me dijera que u cristiano, que no profesa lealtad a mi Fe, creerá en Él, a ese Yo le consideraría como si fuese la niña de Mi ojo". (GPB 30)

Así como el convenio mayor, los Escritos autoritativos Bahá'ís trazan hacia afuera la historia del convenio menor en las religiones anteriores. Pedro es reconocido como el jefe de los Apóstoles después de Jesús y 'Alí como el sucesor legítimo al Profeta Muhammad (Momen 153-4, 157). Sin embargo, la designación de ellos sólo se hizo oralmente y fue fácilmente contendida y disputada, en contraste con la escrita y clara designación del Centro del Convenio de Bahá'u'lláh, 'Abdu'l-Bahá. (WOB 145)

B. El Convenio Mayor
El Convenio Mayor (también llamado "el Convenio general", WOB 137, y "el Convenio Eterno" SWA 227) concierne a la promesa por parte de Dios, dado a través de uno de las Manifestaciones de Dios que Él no dejará a la humanidad sin guía y enviará por consiguiente una próxima Manifestación de Dios. La parte de la humanidad en el acuerdo es que obedecerá la ley de Dios tal como es dispensada por la presente Manifestación y reconocerá y obedecerá a la próxima Manifestación cuando ella llegue. Este convenio se resume más sucintamente por el Báb en el Bayán Persa: El Señor del universo jamás ha designado a un profeta ni ha enviado un Libro sin haber establecido su convenio con todos los hombres, apelando su aceptación de la próxima Revelación y del Libro siguiente; pues las efusiones de su bondad son incesantes e ilimitadas." (Bayán Persa 6:16; SWB 87)
'Abdu'l-Bahá describe la sucesión de los convenios establecidos por las sucesivas manifestaciones sucesivas: "Su Santidad Abraham... hizo un convenio referente a Su Santidad Moisés y dio las buenas nuevas de Su venida. Su Santidad Moisés hizo a un convenio acerca del Prometido, es decir Su Santidad Cristo, y anunció las felices nuevas de Su Manifestación al mundo. Su Santidad Cristo hizo un convenio acerca del Paráclito y dio la noticia de Su venida. Su Santidad el Profeta que Muhammad hizo un convenio en relación a Su Santidad el Báb y el Báb era el prometido de Muhammad, para quien Muhammad dio la noticias de Su venida. El Báb hizo un Convenio acerca de la Belleza Bendita Bahá'u'lláh y dio las felices nuevas de la venida de la Belleza Bendita quien era el prometido por Su Santidad el Báb. Bahá'u'lláh hizo un convenio acerca de un prometido que se pondrá de manifiesto después de mil o miles de años. (Tanyi 20-21)

Bahá'u'lláh demanda ser el cumplimiento del convenio establecido por todos los profetas del pasado acerca de un gran día en el futuro cuando todas las promesas de Dios serán cumplidas. "La Revelación que desde tiempo inmemorial ha sido aclamada como el Propósito y Promesa de todos los profetas de Dios y como el más caro deseo de sus mensajeros, ha sido ahora manifestada a los hombres por virtud de la penetrante Voluntad del Todopoderoso y de su irresistible mandato. El advenimiento de tal Revelación ha sido anunciado en todas las Sagradas Escrituras." (GWB 3:5)

La parte de la humanidad del arreglo convenial desde el punto de vista de las enseñanzas bahá'ís puede resumirse mejor en la frase de apertura del Kitáb-i-Aqdas:

El primer deber prescrito por Dios a Sus siervos es el reconocimiento de Aquel que es la Aurora de Su Revelación y la Fuente de Sus leyes, Quien representa a la Deidad tanto en el Reino de Su Causa como en el mundo de la creación. El que haya cumplido este deber ha logrado todo bien; y el que esté privado de él se ha extraviado, aunque fuese autor de toda obra justa. Incumbe a todo el que alcance esta muy sublime estación, esta cumbre de trascendente gloria, observar cada uno de los preceptos de Aquel que es el Deseo del mundo. Estos dos deberes son inseparables. Ninguno es aceptable sin el otro. Así lo ha decretado Quien es la Fuente de inspiración divina. (SCK 11)

Bahá'u'lláh mantuvo la continuación del convenio mayor en el futuro declarando que a su debido tiempo otra Manifestación de Dios se levantaría pero que esto no ocurriría durante por lo menos unos mil años: "Quienquiera que sostenga la pretensión de ser una Revelación directa de Dios, antes de la expiración de un lapso de mil años, tal hombre es, con seguridad, un impostor mentiroso." (WOB 132)

C. El Convenio Menor
El Convenio Menor (también llamado "el Convenio especifico" WOB 137) se refiere al acuerdo entre una Manifestación de Dios y sus seguidores con respecto a la continuación de la autoridad en su religión. Aunque se considera haber existido precedentes de esto en las religiones anteriores (ver sección 1), Shoghi Effendi afirma que ninguna religión anterior tiene el asunto de la sucesión como importante ni el nombramiento del sucesor ha sido claro. El hecho de que la sucesión de la autoridad y las instituciones centrales de la Fe de Bahá'í se haya establecido por documentos escritos para que ellos no pudieran cuestionarse después se enfatiza por Shoghi Effendi como un "rasgo distintivo de la religión de Bahá'u'lláh". (WOB 21-22)

Mientras que la 'Tabla de la Rama', compuesta en el período de Edirne claramente había dado señales de la elevada estación de "la Rama de Santidad" y el Kitáb-i-Aqdas ha especificado que esta estación alta implicaba la dirección de la comunidad de bahá'í que después de que Bahá'u'lláh, sólo bastaba con abrir del Kitáb-i -'Ahd (el Libro del Convenio, q.v.) después del fallecimiento de Bahá'u'lláh (ver "Ascensión de Bahá'u'lláh") para reconfirmar que con la 'Rama' se hacia referencia a Abdu'l-Bahá. Tan firme y bien definido era esta nominación que Mírzá Muhammad 'Alí quien se alzo en rebelión contra la autoridad de 'Abdu'l-Bahá, nunca cuestionó el hecho de que 'Abdu'l-Bahá había sido designado como el sucesor de Bahá'u'lláh. Él solo disputo la actuación de 'Abdu'l-Bahá como líder.

El convenio menor fue ampliado por 'Abdu'l-Bahá en su 'Voluntad y Testamento' (q.v.) por el nombramiento de Shoghi Effendi como Guardián de la Fe de Bahá'í. En este documento, 'Abdu'l-Bahá también afirma la autoridad de la Casa Universal de Justicia, confirmando así como la otra institución en que la dirección se ha conferido por los procesos del Convenio Bahá'í. Shoghi Effendi escribe del 'Voluntad y Testamento' es el resultado de la "mística unión" entre Bahá'u'lláh y 'Abdu'l-Bahá. "Las energías creadoras liberadas por la Ley de Bahá'u'lláh al penetrar y desarrollarse en la mente de 'Abdu'l-Bahá, dieron lugar por su propio impacto y estrecha acción mutua, al nacimiento de un Instrumento que puede considerarse como la Carta Magna del Nuevo orden Mundial…" (WOB 144, cf GPB 325-6). Además de las funciones para la dirección de la comunidad bahá'í, conferidos a 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi, el Convenio confiere en 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi la posición de ser los únicos intérpretes autorizados de la escritura bahá'í. En el Kitáb-i-Aqdas, Bahá'u'lláh establece: "Remitid lo que no entendáis del Libro" a 'Abdu'l-Bahá (KA 174). De la misma forma 'Abdu'l-Bahá declara que Shoghi Effendi es "el expositor de las palabras de Dios" (WT 11).

También se deriva la autoridad de la Casa Universal de Justicia de la evolución del convenio. Lo siguiente es tomado de su Constitución:

"La procedencia, la autoridad, los deberes, la esfera de acción de la Casa Universal de Justicia derivan todas de la Palabra revelada de Bahá'u'lláh la que, junto con las interpretaciones y exposiciones del Centro del Convenio y del Guardián de la Causa -quien, después de 'Abdu'l-Bahá, es la única autoridad en la interpretación de las Escrituras Bahá'ís- constituyen los términos de referencia obligatorios de la Casa Universal de Justicia y son el lecho de roca de sus cimientos. La autoridad de estos Textos es absoluta e inmutable hasta el momento en que Dios Todopoderoso revele Su nueva Manifestación, a Quien pertenecerá toda autoridad y poder"(CUJ 3-4)

D. El propósito del Convenio.
El propósito del convenio se explica en varios pasajes de las escrituras bahá'ís. Siendo que el propósito de la religión es afirmar el establecimiento de la unidad y concordia entre la humanidad (TB 6:63-4, 129-30; GWB 101:206), Bahá'u'lláh advierte, en su 'Libro del Convenio': ¡Oh siervos! Que los medios para lograr el orden no se conviertan en motivo de confusión, y que el instrumento de la unión no dé ocasión para la discordia." El convenio establecido en este libro fue específicamente para anticipar tal desarrollo. 'Abdu'l-Bahá confirma que el propósito central del convenio fue impedir cisma y disensión:

Ya que grandes diferencias y divergencias de creencia sectaria se habían levantado a lo largo del pasado, cada hombre con una nueva idea atribuyéndola a Dios, Bahá'u'lláh deseó que no hubiese cimiento o razón para la discordia entre los Bahá'ís. Por consiguiente, con Su propia pluma Él escribió el Libro de Su Convenio, dirigiéndose a todas las gentes del mundo, diciendo, "verdaderamente, yo he señalado a Uno Quien es el Centro de Mi Convenio. Todos deben obedecerlo; todos deben volverse a Él; Él es el Expositor de Mi Libro, y Él está informado de Mi propósito. Todos deben volverse a Él. Todo lo que Él dice es correcto, pues, verdaderamente, Él conoce los textos de Mi Libro. Como Él, nadie conoce Mi Libro." El propósito de esta declaración es que nunca debe haber discordia ni divergencia entre los Bahá'ís sino que ellos siempre deben estar unidos y deben estar de acuerdo. (PUP 322-323, también PUP382, 455-6, SWA 209)

La misión específica de Bahá'u'lláh se relaciona con la unidad mundial. Ya que sería imposible para la Fe de Bahá'í unir el mundo si estuviera que desunida, el papel del convenio como el garante de la unidad de la comunidad bahá'í se une indisolublemente con la meta de unidad mundial: "Es evidente que el eje de la unidad del mundo de humanidad es el poder del Convenio y nada más." (TDP 49, cf GPB 239, SWA 208-9).

Shoghi Effendi también se refiere al convenio como el medio para dirigir y controlar el poder espiritual liberado por la venida de Bahá'u'lláh: "Para dirigir y canalizar estas fuerzas" y "para garantizar su operación armoniosa y continua después de Su ascensión." (GPB 237) Él se refiere a su propósito para "perpetuar la influencia de esa Fe, asegurar su integridad, protegerla del cisma, y estimular su expansión mundial…" (GPB 244-5)

E. El Poder del Convenio.
Puesto que es el punto focal de unidad tanto para la comunidad de Bahá'í como finalmente para el mundo y también es el cauce para el energías espirituales liberadas por Bahá'u'lláh, el Convenio se describe en las escrituras bahá'ís como dotado de poder. De hecho se ve como la fuerza motivadora detrás de todas las fuerzas positivas que trabajan en el mundo: "El poder del Convenio es como el calor del sol, que vivifica y promueve el desarrollo de todas las cosas creadas sobre la tierra. La luz del Convenio, en forma similar, es la educadora de las mentes, los espíritus, los corazones y las almas de los hombres." (GPB 239)

F. La Firmeza en el Convenio.
Siendo la institución del convenio un componente tan central y vital de la Fe Bahá'í, la firmeza en el convenio es considerada en los textos de Bahá'í como una de las virtudes religiosas principales. En su sentido más general, esto significa ejemplificar las leyes y enseñanzas de la Fe de Bahá'í:

Debéis comportaros en tal forma que os permita destacar, marcada y brillantemente como el sol, entre otras almas. Si alguno de vosotros llegara a entrar a una ciudad, deberá convertirse en el centro de atracción, por razones de sinceridad, su integridad y su devoción, su honestidad y fidelidad, su veracidad y su benevolencia hacia todas las gentes del mundo…Hasta que no alcancéis esta posición, no podréis decir que habéis sido fieles al Convenio y Testamento de Dios. Pues Él, mediante irrefutables Textos, ha establecido con todos nosotros un Convenio obligatorio, que nos exige actuar de acuerdo con sus sagradas instrucciones y consejos. (SWA 71)

En un sentido más específico, la firmeza en el convenio se refiere a la convicción interna del bahá'í individual de que la guía del centro de la Fe Bahá'í (sea esta la de 'Abdu'l-Bahá o Shoghi Effendi en el pasado o de la Casa Universal de Justicia en la actualidad) representa la voluntad de Dios: "Cualquier cosa que ellos decidan es de Dios." (WT 11) Shoghi Effendi relaciona el éxito y progreso de la Fe Bahá'í a esto:

Ni la administración, ni el trabajo general de enseñanza de la Causa (...) progresarán, ni se podrá lograr nada, a menos que los creyentes sean verdaderamente bahá'ís firmes, profunda y espiritualmente convencidos…Pero una vez que un bahá'í tiene la convicción profunda de la autoridad de Dios, investida en el Profeta, conferida al Maestro y por Él a los Guardianes, la que fluye a través de las Asambleas y crea un orden basado en la obediencia, una vez que un bahá'í tiene eso, nada lo puede hacer vacilar. (LDG2:83-4)

G. El violador del Convenio, la violación del Convenio.
En la terminología de Bahá'í, la oposición interior al centro de la Fe se conoce como "violación del Convenio " y aquéllos que hacen esto son conocidos como "violadores del Convenio" (siendo la traducción de los dos términos Naqd-i-'Ahd y Náqidín respectivamente). Esta terminología indica lo que se juzga como la trasgresión de estos adversarios internos: quienes han roto el Convenio, considerado esto como el delito espiritual más grave que una persona pueda cometer. Es, sin embargo, sólo respecto al "convenio menor" (ver el Convenio) que se usa este término (es decir el convenio hecho por la Manifestación de Dios sobre su sucesor inmediato y la cadena subsecuente de sucesión). Puede decirse que aquéllos que se niegan a aceptar la validez de la demanda de una Manifestación de Dios violadores del "convenio mayor" pero esta no es una expresión bahá'í usual.

1. Definición de la violación del Convenio.
2. Historia de la violación del Convenio.
3. Lazos entre los diferentes grupos de violadores del Convenio.
4. Una clasificación de tipos de violación del Convenio.
5. Trato con rompedores del Convenio.

1. Definición de la violación del Convenio.
Al tratar de alcanzar a una definición de la violación del Convenio, varios puntos necesitan tenerse en la mente: aquéllos que meramente oponen la Fe de Bahá'í o su cabeza (como lo han hecho muchos líderes religiosos musulmanes) no son considerados violadores del Convenio; igualmente aquéllos que dejan la Fe de Bahá'í porque ellos han perdido su fe no son considerados violadores del Convenio; y aquéllos que cometen infracciones menores de ley bahá'í pueden perder sus derechos administrativos (ver "Comunidad Bahá'í".), no son considerados violadores del Convenio. Son aquéllos que permanecen dentro de la comunidad bahá'í, dicen profesar lealtad a la causa bahá'í y aun así se oponen a la dirección autorizada de la Fe Bahá'í o activamente intentan dividir a la comunidad bahá'í proponiendo un centro alternativo de dirección los que es consideraran violadores del Convenio.

'Abdu'l-Bahá escribe: "Éstos no dudan acerca de la validez del Convenio, pero los motivos egoístas les han arrastrado a esta condición. No es que no sepan lo que hacen; ellos están perfectamente conscientes y a pesar de eso muestran oposición." (SWA 215-216). Así un factor cardinal de la violación del Convenio es considerado por 'Abdu'l-Bahá es la oposición deliberada y consciente a la voluntad divina manifestada en el Convenio.

Una mejor comprensión del punto de vista de 'Abdu'l-Bahá pueden lograrse a través de su comentario del verso bíblico: "Por esto os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado (Mateo 12:31-2). 'Abdu'l-Bahá declara que hay dos aspectos en las Manifestaciones de Dios. Hay una forma física y una personalidad que 'Abdu'l-Bahá compara con una lámpara, y el Espíritu santo que mora en su interior, que 'Abdu'l-Bahá compara con la luz. Si uno se vuelve contra una lámpara particular, este acto puede perdonarse porque sólo puede estar equivocado o ignorante de lo que esta rechazando pudiendo ser todavía conducido a la luz. (SAQ 31:127-8).

Debe notarse que según las enseñanzas bahá'ís, la violación del Convenio no es algo que se confina a la Fe Bahá'í. Es un fenómeno religioso general que ha existido en cada religión aunque, dado que el convenio menor no fue definido claramente y fue menos central en otras religiones, el fenómeno ha sido también menos claro y menos importante.

De esto parecería que una definición de la violación del Convenio sería: la oposición deliberada contra el centro autorizado de la Fe Bahá'í (o cualquier otra religión), a pesar de un conocimiento consciente y comprensión de la estación espiritual de ese centro."

Por ejemplo, esta definición explica la posición del Mírzá Yahyá Azal (q.v.), quién nunca fue un seguidor de Bahá'u'lláh, pero a quién se considera un violador del Convenio. De modo semejante, algunos apóstatas que han atacado la Fe Bahá'í son mencionados en términos semejantes a aquellos empleados para referirse a los violadores del Convenio.
La pregunta de quién tiene un "conocimiento consciente y entendiendo" inevitablemente debe implicar un grado de juicio; ésta puede ser la razón por que la decisión de declarar a alguien un violador del Convenio sólo puede tomarse por el centro de la Fe Bahá'í y nunca puede delegarse.

2. Historia de la violación del Convenio.
Uno de los rasgos más interesantes de la historia bábí y bahá'í es la manera en que el fenómeno de la oposición desde dentro las líneas de los creyentes a la cabeza establecida de la religión se han repetido en cada generación desde la fundación de la religión y por encima de cien años.

a. El Báb (1844-1850): Los antecedentes inmediatos de la religión de Bahá'u'lláh se fijan en el movimiento bábí. Probablemente debido a la intensa oposición externa, parece haber habido muy poca oposición interna al Báb en la propia vida del Báb.

Algunas pocas personas, como el Mullá Javád Baraghání, Mullá 'Abdu'l - 'Alí Hirátí, y el Mírzá Ibráhím Shírází se volvieron seguidores del Báb y después de apartarse y empezaron a atacar al Báb, para eventualmente unirse a Hájí Mírzá el Karím Khán Kirmání (q.v.), el líder shaykhí que se opuso vehementemente al Báb. Según Nabíl, estas tres personas fueron comparadas en la escritura del Báb con Sámirí que, según la tradición islámica, produjo el becerro para que los israelitas lo adorasen, y con Jibt y Tághút (el 162)- el lenguaje muy similar al que más tarde usaron Bahá'u'lláh y ' Abdu'l-Bahá para referirse a los violadores del Convenio (Cerda 1922, 13:20-22).

b. Después del Martirio del Báb y durante la vida de Bahá'u'lláh (1852-92):
La mayoría de las fuentes, sean bahá'ís o no, concuerdan con que alguna forma de dirección o sucesión fue conferida a Mírzá Yahyá Azal (q.v.) por el Báb (TN 62-3; GPB 163). La sucesión no era, sin embargo, clara, ni indiscutible. Varias personas hicieron diversas demandas de liderazgo, y hubo mucho cisma y disputa. 'Abdu'l-Bahá declaro que hasta veinticinco personas hicieron demandas de dirección de la comunidad (GPB 125). Ninguno de éstos salvo Azal, sin embargo, se considera como un violador del Convenio porque todos ellos hicieron sus demandas en un momento cuando no había autoridad clara en la religión. Muchos de ellos se volvieron los seguidores de Bahá'u'lláh una vez él adelanto su demanda. Sólo Azal se opuso y trabajó para minar la posición de Bahá'u'lláh. Las estimaciones datan el número de azalís que permanece en Irán en no más de 5,000. Ellos no tienen una organización. (ver "Azal, Azalís").

Es interesante que las propias acciones de Bahá'u'lláh con respecto a Azal colocaron el patrón de relaciones con aquellos designados como violadores del Convenio. Una vez que estaba claro que ninguna conciliación era posible con Mírzá Yahyá, Bahá'u'lláh dio instrucciones de que debía dividirse todo el mobiliario y otros efectos en la casa y que la mitad se entregase a Azal. Después de esto él desunió todas las conexiones con su hermanastro. Él además, se retiró de la compañía de los demás bábís en Edirne durante dos meses, diciéndoles que decidieran si ellos pensaban seguirlo o permanecer con Azal (GPB 167).

c. Durante el período del liderazgo de 'Abdu'l-Bahá:
En el Libro del Convenio (q.v.), Bahá'u'lláh designo a 'Abdu'l-Bahá como su sucesor y el intérprete de sus escrituras asignando una posición subordinada a Mírzá Muhammad 'Alí (q.v.), el medio-hermano de 'Abdu'l-Bahá (TB 15:221-2). Todavía, por un tiempo breve después del la muerte de Bahá'u'lláh, Mírzá Muhammad 'Alí, a instigación de su primo Majdu'd-Dín (el hijo del Mírzá Músá Kalím, q.v.), desafió la dirección de 'Abdu'l-Bahá. Su principal argumento era que 'Abdu'l-Bahá había desbordado su autoridad y que estaba exigiendo ser una nueva Manifestación de Dios, un rango que 'Abdu'l-Bahá negó explícita y enfáticamente. Mírzá Muhammad 'Alí se autodenomino a sí mismo y a sus partidarios como Muwahhidún (los Unitarios, Browne 77-82, 155).

El desafío de Mírzá Muhammad 'Alí era al principio muy serio. Él obtuvo el control de la Mansión de Bahjí (q.v.) y había ganado la adhesión de casi toda la familia de Bahá'u'lláh (las excepciones eran Bahiyyih Khánum y la familia inmediata de 'Abdu'l-Bahá), algunos de la familia del Báb (los Afnán, q.v.), así como muchos del bahá'ís del área de Haifa-Akka y algunas figuras principales en Irán. Gradualmente, sin embargo, la marea se volvió contra Mírzá Muhammad 'Alí. 'Abdu'l-Bahá se mostró al principio renuente a exponer la división, pero cuando Mírzá Muhammad 'Alí mismo afirmo abiertamente su demanda abiertamente en 1896, 'Abdu'l-Bahá anunció que Mírzá Muhammad 'Alí y sus partidarios debían ser considerados como violadores del Convenio. Los individuos como Ibn-i-Abhar (q.v.) viajaron a las diferentes comunidades para refutar las pretensiones de Mírzá Muhammad 'Alí.

Hubo otro éxito breve para Mírzá Muhammad 'Alí cuando, en alrededor de 1899, él tuvo éxito reclutando para sus filas a Ibrahim Kheiralla (q.v.), quién había sido principal responsable de la propagación de la Fe Bahá'í en los Estados Unidos de América. La mayoría de los bahá'ís americanos permanecieron fiel a 'Abdu'l-Bahá, sin embargo, esta fue por breve tiempo una situación ventajosa para Mírzá Muhammad 'Alí, que después entro en un marcado declive.

Durante el tiempo de los viajes de Abdu'l-Bahá al Oeste, la amenaza de Mírzá Muhammad 'Alí y sus partidarios se habían marchitado en la insignificancia en Irán y América. En 1929 fueron forzados a abandonar la Mansión de Bahjí ya que habían permitido que esta se deteriorase hasta tal punto que ya no se hacia habitable (PP 231). Todavía ellos permanecieron en los edificios circundantes a Bahjí hasta 1957 (PP 233-4, MBW 120-21). Un reciente estudio sociológico de los remanentes de este grupo informa que ellos son ahora exteriormente indistinguibles de los musulmanes y los rotula como una "comunidad religiosa residual", un grupo remanente osificado o fosilizado. (Cohen 121, 132-3, 140).

El método de Abdu'l-Bahá para tratar con la rebelión de Mírzá Muhammad 'Alí y otros episodios que se volvió el tratamiento estándar para este problema consto de tres etapas. Primero, 'Abdu'l-Bahá se abstendrían de hacer cualquier declaración pública mientras él se comunicara personalmente con el individuo o a través de los intermediarios para intentar lograr una conciliación. Segundo, una vez que se hacia evidente que esto no era posible y que había la posibilidad de daño para la comunidad, él escribió cartas publicas e individuales a los bahá'ís explicando la situación, identificando a las personas involucradas, e instruyendo a los bahá'ís para que cortaran todo vinculo con estas personas. Tercero, 'Abdu'l-Bahá enviaba a emisarios especiales a las áreas más afectadas por el problema. La función de estos enviados era explicar el asunto a los bahá'ís e insistir en que ellos cortaran todo contacto con los violadores del Convenio. A menudo estas personas tenían la autorización de Abdu'l-Bahá para establecer contacto con los violadores del Convenio a fin de intentar persuadirlos de volver al redil. En Irán, los tales enviados eran principalmente las cuatro personas que habían sido nombradas por Bahá'u'lláh como Manos de la Causa (q.v.).

Otro episodio resaltante de violación del Convenio durante el período de la dirección de 'Abdu'l-Bahá fue de un tipo diferente que consistió en la desobediencia directa a las instrucciones de Abdu'l-Bahá en lugar de un esfuerzo por proponer un centro alternativo de dirección. El Dr. Amínu'lláh Faríd (Ameen U. Fareed) fue el sobrino de la esposa de Abdu'l-Bahá, Munírih Khánum (vea a la "Familia Nahrí"). Él fue educado en América y era uno de los traductores de 'Abdu'l-Bahá durante sus últimos viajes al Occidente. Él se deshonró a si mismo, sin embargo, importunando por dinero a algunos del bahá'ís americanos acaudalados. 'Abdu'l-Bahá insistió por consiguiente en su retorno a Haifa cuando él volvió allí. Faríd no estaba contento en Haifa y cuando, contrariando las instrucciones de Abdu'l-Bahá, él viajo a América, 'Abdu'l-Bahá lo expulso de la Fe Bahá'í. Faríd fue seguido por la mayor parte de su familia inmediata y causó que algunos bahá'ís británicos dejaran la Fe Bahá'í, pero además de estos muy pocos fueron afectados. (SoW 1914, 5:237).

d. Episodios durante el período de la dirección de Shoghi Effendi:
La muerte de 'Abdu'l-Bahá causó que los seguidores de Mírzá Muhammad 'Alí brevemente reavivaran sus actividades. Ellos se apoderaron de las llaves del santuario Bahá'u'lláh viéndose forzado Shoghi Effendi forzado a pedir la intervención de las autoridades para que estas fueran devueltas. Hubo varios otros episodios resaltantes de "violación del Convenio" durante este período. Esto episodios pueden ser esbozados así:

i. Ruth White. La prioridad de Shoghi Effendi después de asumir la función de Guardián fue establecer la administración bahá'í. Cuando él impulso hacia esta meta, él enfrentó la oposición de algún bahá'ís que estaba contra la organización de la Fe Bahá'í. El primero fue Ruth White en 1926-29. Ella basó su oposición en un informe de algunos palabras de Abdu'l-Bahá que insinuaban que la Fe Bahá'í no podía organizarse porque es el "Espíritu de la Edad" (Cerda 1914, 5:67), y el informe de un experto de escritura británico que afirmo que la Voluntad y Testamento que fue escrito por la mano de 'Abdu'l-Bahá y el cual la autoridad de Shoghi Effendi se basaba, era una falsificación. El informe se baso en fotos y sólo era provisional quedando pendiente una inspección más íntima del original. Las dudas sobre la autenticidad de la Voluntad y Testamento, sin embargo, fueron refutadas por personas, como las secretarios y el circulo más estrecho de 'Abdu'l-Bahá que estaba en mejor posición de juzgar caligrafía y estilo; incluso Ahmad Sohrab quien después de que haberse apartado (vea debajo) defendió la validez del Testamento. Las aserciones de Ruth White tuvieron un impacto pequeño en la comunidad bahá'í americana. Sólo en Alemania suscitaron alguna respuesta cuando Wilhelm Herrigel, uno de los primeros bahá'ís, le siguió en sus demandas (Lerche).

ii. Ahmad Sohrab (1893-1958). En 1929 Ahmad Sohrab quien había sido el secretario y traductor de 'Abdu'l-Bahá, y la señora Julie (Lewis Stuyvesant) Chanler propuso la 'Sociedad de la Nueva Historia' en Nueva York como una forma indirecta de propagar las enseñanzas de la Fe Bahá'í. Ahmad Sohrab se rehusó, sin embargo, a permitir que la Asamblea Espiritual de New York intervenir desde cualquier punto de vista en la forma en que la 'Sociedad de la Nueva Historia' promovía la Fe Bahá'í. Esto llevó a una confrontación con la Asamblea Espiritual Nacional y a la expulsión de Sohrab y Chanler de la comunidad bahá'í.

La Sociedad de la Nueva Historia dio lugar en 1930 a la 'Caravana del Oriente hacia el Occidente', diseñado para preparar a los niños y a juventud para unirse a la 'Sociedad de la Nueva Historia'. 'La Caravana' creció más que su organismo de origen y al margen de todos los eslabones religiosos restantes desprendidos de la Fe Bahá'í. Existió durante un tiempo como un club de amigos de correspondencia mundial con ideales sociales. La 'Sociedad de la Nueva Historia' dejo de existir y 'la Caravana' subsiste en un nivel bajo de actividad local en New York bajo el nombre de 'Casa de la Caravana'.

iii. Fá'iq (Faeg). Después de la muerte del Mírzá Abu'l-Fadl Gulpaygání (q.v), algunos de sus alumnos prepararon en El Cairo, con la aprobación de 'Abdu'l-Bahá, una sociedad que ellos llamaron "al-Jam'íyah al-'Ilmiyyah al-Adabiyyah" (La Sociedad Científica y Literaria). Después de algunos años, esta sociedad bajo la dirección de un bahá'í de origen armenio, Fá'iq, entró en conflicto con las instituciones administrativas bahá'ís en Egipto, y Fá'iq fue expulsado de la comunidad bahá'í. Unos cuantos bahá'ís egipcios lo siguieron y él también logro convertir algunos otros, pero muchos de éstos regresaron eventualmente a la comunidad bahá'í (GPB 327, RM 2:210-213).

iv. La familia de 'Abdu'l-Bahá. El rompimiento de Mírzá Muhammad 'Alí con 'Abdu'l-Bahá resultó en la expulsión de la Fe Bahá'í de la mayor parte de los descendientes de Bahá'u'lláh. Estos fueron todos los descendientes de Bahá'u'lláh de su segundo y tercer matrimonio e incluyó a la hija del tercer matrimonio Furúghiyyih y a su marido Siyyid 'Alí Afnán. Los hijos de este matrimonio, sin embargo, no compartieron la expulsión de padres, y a principios de 1920 Siyyid 'Alí Afnán mismo se volvió hacia Shoghi Effendi y fue aceptado de nuevo en la comunidad bahá'í. Todo permaneció inactivo hasta bien entrada la década de 1930 cuando el caso de la casa de Bahá'u'lláh (q.v.) en Iráq tuvo lugar. Shoghi Effendi le pidió a Husayn Afnán (d. 1952), el hijo de Sayyid 'Alí, renunciar a un alto cago que él ejercía en el gobierno Iraquí a fin de que este no se hallase en posición de tener que endosar las acciones de ese gobierno en el caso. Husayn se negó y fue expulsado; uno por uno sus hermanos Faydí, Hasan, y Nayyir (Nayyir - 'Alí, d. 1952) también fueron expulsados.

Los eventos procedieron entonces rápidamente. Una serie de matrimonios, preparados, según Shoghi Effendi (MB), por Nayyir, ocurrieron, uniendo a los nietos de 'Abdu'l-Bahá con los hijos expulsados de Siyyid 'Alí Afnán. Rúhangíz, la hermana mayor de Shoghi Effendi, se casó con el propio Nayyir; Thurayyá, la prima de Shoghi Effendi, se caso con Faydí; y Mihrangíz, la hermana más joven de Shoghi Effendi, se caso con Hasan. Después, una hija de Nayyir se casó a Hasan Shahíd, el primo de Shoghi Effendi. Esta serie de matrimonios desestabilizaron a la familia de 'Abdu'l-Bahá. Siendo que los miembros restantes de la familia se negaron a cortar sus vínculos con los miembros expulsados, ellos también fueron expulsados. El matrimonio de uno de los hermanos de Shoghi Effendi, Husayn, en 1949 contra los deseos de Shoghi Effendi, y los vínculos de otro hermano, Riyád, con Majdu'd-Dín completaron, en 1951, el proceso con que la totalidad de los descendientes restantes de 'Abdu'l-Bahá excepto el propio Shoghi Effendi fueron expulsados (UD149, CF87, MBW16, 24-4, 48). La familia de 'Abdu'l-Bahá ha permanecido fuera de la Fe Bahá'í siguiendo sus propios asuntos.

v. Apóstatas. Aunque la mayoría de los individuos que dejan la comunidad bahá'í debido a la pérdida de su creencia no son considerados en absoluto diferentemente de aquéllos que nunca han sido bahá'ís, ha habido un número pequeño de personas que dejaron la comunidad y entonces empezaron a atacarla malévola y vehementemente a quienes Shoghi Effendi se refirió a en términos idénticos a aquéllos que él usó para referirse a los demás violadores del Convenio. En años inmediatamente posteriores a la muerte de 'Abdu'l-Bahá, uno del bahá'ís iraníes prominentes, Mírzá 'Abdu'l-Husayn Taftí, conocido como Ávárih (1290/1873-1953), se esforzó por conseguir una posición de liderazgo en la comunidad bahá'í. Cuando él no obtuvo éxito en esto, se retiró de la Fe Bahá'í y empezó a atacarla públicamente. Él publicó un libro llamado Kashfu'l-Hiyal (Destapando el Engaño) en tres volúmenes. Bajo el nombre Áyatí, él llegó a convertirse en una figura literaria bastante conocida, editando la revista Namakdán.

Dos personas que fueron muy influenciadas por Ávárih y que eventualmente se unieron a él apostatando de la Fe Bahá'í y atacándola públicamente fueron Faydu'lláh Subhí quien había servido como secretario de Abdu'l-Bahá durante varios años, y Hasan Níkú que había visitado India como un maestro bahá'í y también había ido a Haifa en 1923. Este último publicó un trabajo de tres volúmenes (Falsafiy-i-Níkú) atacando la Fe Bahá'í.

e. Después de Shoghi Effendi (1957- ) El episodio divisivo más importante después de la muerte de Shoghi Effendi fue la demanda por una de las Manos de la Causa, Charles Mason Remey (q.v.), de ser el segundo Guardián. Aunque él había firmado en 1957 la declaración de las Manos de la Causa que Shoghi Effendi no había dejado a ningún Testamento y ningún sucesor, Remey adelantó una demanda de ser el segundo Guardián, en abril de 1960. Él basó su demanda en el hecho que el Guardián fue designado, según la Voluntad y Testamento de 'Abdu'l-Bahá, como la cabeza de la Casa Universal de Justicia, y que Remey fue designado por Shoghi Effendi como Presidente del Concilio de Bahá'í Internacional (q.v.), el cuerpo que era el precursor de la Casa Universal de Justicia. Esta demanda fue rechazada por la mayoría del mundo bahá'í ya que la misma Voluntad Testamento también señalaba que todos los Guardianes tendrían que ser descendientes de Bahá'u'lláh. Remey tuvo éxito enrolando algunos partidarios, principalmente en los Estados Unidos, Francia, y Pakistán, pero la mayoría de los bahá'ís permanecieron fieles las Manos de la Causa que expulsaron a Remey como un violador del Convenio.

Los seguidores de Remey han disminuido en importancia durante los últimos años, sobre todo cuando ellos fragmentaron en facciones contendientes. Una facción estuvo bajo el liderazgo de Donald Harvey quien fue designado por Remey como el "Tercer Guardián". Después de su muerte en 1991 la dirección de este grupo pasó a Jacques Soghomonian, un residente de Marsella. Otro grupo es dirigido por Joël Marangella quien declaró que Remey lo había fijado originalmente como "Tercer Guardián" pero que después de volvió senil y entonces nombró a Harvey. Este grupo se autodenomina la "Fe Bahá'í Ortodoxa" y esta establecido en Roswell, Nuevo México. Ellos se calculan en no más de cien (el Tribuno de Chicago, 10 el 1988 de junio, sección 1, pág. 9). Otra facción rechazó a todos las demandantes a la Guardianía después de Shoghi Effendi incluso a Remey, aunque exigieron que Rex King fue el regente antes de la emergencia del segundo Guardián (este grupo se llama "Fe Bahá'í Ortodoxa bajo la Regencia"). King murió en 1977 y designó a cuatro miembros de su familia en un concilio de regentes. Por último, Leland Jensen (cuyo grupo de partidarios se llama "Bahá'ís bajo las provisiones del Convenio") logró una breve notoriedad pública cuando él exigió que el mundo experimentaría una catástrofe nuclear en 1980 (el Balch et al.). Los pequeños grupos de remeynistas se hallan confinados a algunos estados en los Estados Unidos. En los Estados Unidos, también existió la 'Remey Society' fundada por Francis Spataro para apoyar a Harvey, pero esta parece haberse desarticulado ahora.

Alrededor de 1964 un iraní llamado Jamshid Ma'ání demandó ser una tercera Manifestación de Dios después de que el Báb y Bahá'u'lláh. Él produjo escrituras que él exigió que eran revelación divina y se autonombró "El Hombre" y "Samá'u'lláh" y organizó a sus partidarios en las llamadas Casas de Humanidad". Él tuvo algunos seguidores en Pakistán, pero su principal partidario estaba en los Estados Unidos, John Carre, establecido en Mariposa, California, aunque después lo rechazó. Otro Iraní, Jamshid Meghnot, también hizo la demanda de ser un profeta pero se al parecer no tuvo seguidores.

Ha habido varios episodios de oposición a la administración de Bahá'í. En Alemania, Hermann Zimmer resucitó las demandas de Ruth White en un pequeño libro publicado en 1971 (la traducción inglesa en 1973), "Un Testamento Fraudulento y la Devaluación de la Religión Bahá'í en la Política del Shoghismo". En Suiza, Francesco Ficicchia escribió un ataque voluminoso apuntado principalmente a la administración bahá'í, Der Bah'ismus Weltreligion der Zunkunft? (Evangelische Zentralstelle für Weltanschauungsfragen, Quell Verlag, Stuttgart, 1981) Los dos trabajos fueron financiados y distribuidos por las organizaciones protestantes evangélicas en Alemania. Charles Seeburger estableció un grupo similar en Philadelphia alrededor de 1967. Hubo planes para formar una 'Asociación de Bahá'ís Libres' (o la 'Unión Mundial de la Religión Universal y Paz Universal') pero no se tiene la seguridad de que esto se haya concretado en algún momento.

3. Lazos entre los diferentes grupos de violadores del Convenio.
Uno de los rasgos notables del fenómeno de la violación del Convenio ha sido hasta que punto las tres generaciones de violadores del Convenio han estado en contacto entre sí. Por tres generaciones se quiere decir:

Primera generación: Los seguidores de Azal en su oposición a Bahá'u'lláh.
Segunda generación: Los seguidores de Mírzá Muhammad 'Alí en su oposición a 'Abdu'l-Bahá.
Tercera generación: Los antagonistas de Shoghi Effendi, tanto la familia de 'Abdu'l-Bahá y los otros, como Ahmad Sohrab quienes se opusieron a la administración bahá'í.

En teoría, la segunda generación que aceptó a Bahá'u'lláh, no deberían haber tenido nada que hacer con los primeros seguidores de la generación de Azal, el enemigo de Bahá'u'lláh. De modo semejante, la tercera generación, quienes se consideraban fieles seguidores de 'Abdu'l-Bahá, no deberían haber tenido trato con la segunda generación de los vehementes antagonistas de 'Abdu'l-Bahá; menos aun apoyar a la primera generación. Pero de hecho hubo vínculos fuertes entre estas generaciones.

Los varios matrimonios concertados entre los nietos de 'Abdu'l-Bahá y los hijos de Sayyid 'Alí Afnán establecieron lazos entre la segunda y tercera generación. Jalál Azal que era un nieto de Mírzá Yahyá Azal y quien se volvió en un tenaz defensor de la posición de azalí, puede considerarse como representante de la primera generación. Él se casó con 'Ismat, la hija de Badí'u'lláh, representante de la segunda generación. Estos dos, junto con la hermana de 'Ismat, Qamar, hicieron un esfuerzo convenido por unir todas las tres generaciones de violadores del Convenio. Peter Berger informó que en 1953 Qamar está "ahora intentando unir a todos los bahá'ís disidentes, ya sean de trasfondo abbasita o "unitario", en contra de Shoghi" (Berger 140, n. 4). Riyád, el hermano de Shoghi Effendi, estaba en contacto con Majdu'd-Dín y otros de la segunda generación y visitó a Jalál Azal en Chipre en cuatro ocasiones. Yvonne, una hija de 'Izzu'd-Din Wudúd, así como Mírzá Jalál, el nieto del Mírzá Músá Kalím, ambos antagonistas de la segunda generación, colaboraron con Ahmad Sohrab, en la 'Sociedad de la Nueva Historia', y la 'Caravana del Oriente hacia Occidente", adversarios de la tercera generación". (MBW 16, las Notas de Azal, ven las cartas fecharon 21 Jun. 1968, 7 el 1969 de ene.)

4. Una clasificación de los tipos de rompimiento del Convenio.
Del estudio histórico, parecería que hay cuatro tipos principales de rompimiento del Convenio:

a. Desafío al Liderazgo. Éstas son personas que disputan la autoridad y legitimidad de la cabeza de la religión y adelantan demandas para ellos o para otro. Ejemplos principales de éstos son Azal, Mírzá Muhammad 'Alí, y Remey.

b. Disidencia. Aquéllos que discrepan con las políticas y acciones de la cabeza de la religión, sin embargo, no adelantan una demanda alternativa para la dirección. Este grupo consiste principalmente en antagonistas de la administración Bahá'í como Ruth White, Ahmad Sohrab, y Hermann Zimmer.

c. Desobediencia. Aquellos que desobedecieron una instrucción directa de la cabeza de la religión.A menudo la instrucción era dejar de asociarse con un rompedor del Convenio. Ejemplos de este tipo incluyen la mayoría de los descendientes de 'Abdu'l-Bahá durante el tiempo de Shoghi Effendi.

d. Apóstatas. Quienes malévolamente atacan la Fe Bahá'í. Ejemplos incluyen Ávárih y Níkú.

5. Trato con rompedores del Convenio.
Ambos, 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi fueron bastante enfáticos acerca de la actitud que debe ser tomada por los Bahá'ís hacia los rompedores del Convenio: "... uno de los principios fundamentales y de mayor importancia de la Causa de Dios es rehuir y evitar completamente a los violadores del Convenio, porque ellos destruirían totalmente la Causa de Dios, exterminarían Su Ley y anularían todos los esfuerzos hechos en el pasado" (WT 20). Los rompedores del Convenio fueron descritos como personas que tenían una enfermedad espiritual infecciosa y era por consiguiente necesario evitar todo el contacto con ellos.(SoW 1921, 12:233) Esta cuarentena espiritual sólo podría ser rota por la cabeza de la Fe o por sus instrucciones.

Es interesante el que se haya dado una aplicación gradual de las sanciones contra los violadores del Convenio y aquéllos que continuaban asociándose con ellos. Muchos de los escritos de Bahá'u'lláh contienen pasajes que instruyen a los bahá'ís a evitar el contacto con los violadores del Convenio (vea pasajes citados por 'Abdu'l-Bahá en SoW 13:19-25). A pesar de esto, Bahá'u'lláh parece haber hecho sólo un esfuerzo pequeño por implementar esta enseñanza. Durante el todo el ministerio de Bahá'u'lláh, parece haber habido varios contactos entre bahá'ís y azalís. En los primeros años después de que Bahá'u'lláh adelantara sus demandas, hubo una serie de discusiones abiertas entre los dos grupos en varios pueblos, cada uno intentando prevalecer sobre el otro. Se sabe que tales reuniones se dieron en Bagdad, Tabriz, Qazvin, Shiraz, e Isfahan. Hay cierta evidencia de que las reuniones fueron sostenidas y circularon cartas en ambos sentidos entre los dos grupos hasta una fecha relativamente tarde.

Fue 'Abdu'l-Bahá quien llamó la atención de los bahá'ís sobre el tema del Convenio e introdujo el concepto de la violación del Convenio. Él expresó muy fuertemente su deseo de que los bahá'ís debían romper todo contacto con los violadores del Convenio y envió emisarios para que animaran a los bahá'ís a seguir esta medida. Él raramente, sin embargo, impuso cualquier sanción sobre aquéllos que mantuvieron dichos contactos.

El cambio principal que Shoghi Effendi introdujo en el método de tratar con los rompedores del Convenio fue poner en vigor la política que quienquiera mantenga vínculos con los rompedores del Convenio, él o ella se volvía un rompedor del Convenio. También fue Shoghi Effendi quien estableció las formas institucionales para tratar con el rompimiento del Convenio cuando él designó ésta como una de las responsabilidades de las Manos de la Causa junto con las Asambleas Espirituales Nacionales, aunque la última decisión siempre quedaba con él (MBW 122-3).

En la actualidad las instituciones de la Fe Bahá'í son las principales responsables de tratar con cualquier episodio de violación del Convenio que se suscite, en particular las Manos de la Causa, el Cuerpo Continental de Consejeros (q.v.), y sus Miembros Auxiliares. Los individuos bahá'ís no puede tomar ninguna acción aparte de informar sobre cualquier preocupación que ellos pudieran tener a estas instituciones. Éstos investigan el asunto pero la última decisión queda en la Casa Universal de Justicia.

H. Resumen.
El concepto del convenio en la Fe Bahá'í puede ser clasificado en dos. El convenio mayor que implica el reconocimiento de la Manifestación de Dios y la obediencia a sus leyes y enseñanzas: "... según los textos irrefutables, Él [Bahá'u'lláh] ha tomado de nosotros un convenio firme que nosotros podemos vivir y podemos actuar en el acuerdo con las exhortaciones divinas, órdenes y enseñanzas señoriales". (TAB 1:42) Este convenio mayor también se relaciona con la promesa de una próxima Manifestación de Dios: "Bahá'u'lláh hizo un convenio acerca de uno prometido que se pondrá de manifiesto después de mil o miles de años." (BWF 358) El segundo convenio o convenio menor se relaciona primero a la sucesión en la autoridad dentro de la comunidad bahá'í con Abdu'l-Bahá y después con Shoghi Effendi y la Casa Universal de Justicia. "Él [Bahá'u'lláh] asimismo, con Su Pluma Suprema, entró en un gran Convenio y Testamento con todo los bahá'ís por medio del cual se ordeno que todos ellos siguieran al Centro del Convenio después de Su partida…" (BWF 358) a 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi, se les dio, bajo las provisiones de este Convenio, la autoridad para dar interpretación autoritativa de la escritura bahá'í; a la Casa Universal de Justicia se le dio la autoridad para legislar en cualquier área que no esté cubierta por las escrituras bahá'ís.

Puesto que el objetivo eventual de la Fe Bahá'í es unir al mundo, está claro que esto no podría lograrse si la propia Fe Bahá'í estuviese dividida. Una de las demandas más llamativas hechas por la Fe Bahá'í es que la religión está divinamente protegida del cisma (PUP 455-6, WOB 145). Claramente esta declaración no significa que es imposible establecer un grupo que rechace la autoridad de la cabeza de la religión, dado que eso ha pasado en numerosas ocasiones. Lo que parece significar es que, aunque es posible para algunos formar un grupo independiente y llamarse ellos mismos Bahá'ís, dicho grupo es como una rama que ha sido cortado de un árbol--aunque puede parecer viva y verde, eventualmente, debido a que está cortada de su fuente de vida, se marchitará y morirá.

El mecanismo principal para esta protección del cisma se declara que es, primero, el hecho que el Convenio hecho por Bahá'u'lláh y sus sucesores está claro y por escrito; y segundo, a través de los métodos establecidos para tratar con rompedores del Convenio.

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Véase también: "Convenio, Libro del"; "Voluntad y Testamento de 'Abdu'l-Bahá"; "Azal, Azalís"; "Muhammad 'Alí, Mírzá"; "Kheiralla, Ibrahim", "Remey, Charles M."

febrero 19, 2006

PAUL HANEY Mano de la Causa de Dios

Por: Richard Francis

Paul Haney nació de Mary (Merriam) Ida Parkhurst y Charles Freeborn Haney el 20 de agosto de 1909. Sus padres eran Bahá'ís activos desde 1900 y habían estado casados durante diecisiete años en el momento del nacimiento de Paul. Su madre acreditó una porción de su desarrollo espiritual al estar en la presencia de 'Abdu'l-Bahá mientras Paul era un feto.

Amatúl-Bahá Rúhíyyih Khánum escribió: "Nosotros sabemos poco de los efectos de influencias pre-natales en el alma y no mucho sobre aquéllas en la niñez, pero los indicios son tales que sería difícil exagerarlos. El ambiente entero de Paul, desde esa primera visita embrionaria al Maestro, fue completamente Bahá'í, enfocado en el Centro del Convenio y después en el Guardián." (1)

En las cartas entre su madre, Merriam, y Rúhíyyih Khánum se indica que el Maestro le dio su propio nombre; era 'Abdu'l-Bahá. Él también recibió el nombre Paul del Maestro para ser usado en el mundo externo. En 1919, Corinne True pudo también confirmar que El Maestro le dio su nombre a Paul.

En varias Tablas, el Maestro se refiere a Paul: "El bebé recién nacido es bendito, y aceptado en el Reino Divino. Él es un siervo de la Bendita Perfección y pertenece a Él. Gracias a Dios por haber sido confirmado para lograr tal bendición... Yo pido a Dios que mi homónimo, 'Abdu'l-Bahá, pueda crecer y desarrollar día a día y que su radiante faz pueda ser iluminada con la luz de la más gran dádiva... También se observa que... tu querido hijo, Paul, es fuertemente atraído al Reino de Abhá. Esto comunica nuevas de suma alegría y felicidad... Envía a Paul a la escuela; Yo espero que él se vuelva una planta verde y fresca en el Paraíso de Abhá..." (2)

El padre de Paul murió cuando él tenía sólo diez años. Él fue entonces cultivado por su madre, Merriam, con devoción, a menudo bajo grandes dificultades financieras, volviéndose al Centro del Convenio. El servicio a la Causa se volvió su demanda en la vida. En un momento dado, cuando Paul estaba asistiendo a la escuela de educación media, él tenía que asegurar a su madre para no preocupar porque no había ninguna atracción a la vida salvaje que las tantas juventudes sienten ser prueba necesaria de su masculinidad. Le gustó de ser decente y logró un estado de disposición espiritual.

Paul llevó una parte activa en las conferencias, convenciones y escuelas de verano. Él tuvo una relación muy cercana con Mary Maxwell, con quien se encontró en medio de otros niños Bahá'í en la Escuela Bahá'í de Green Acre. Su madre y él se mudaron a un apartamento pequeño en Washington D.C. para ayudar a organizar la primera Convención para la Amistad Entre las Razas de Color y Blanca, realizado en mayo de 1921.

Su primer trabajo fue en una oficina gubernamental en Washington D.C., mientras asistía a la escuela nocturna. Fue miembro del primer Comité Nacional de Juventud en los Estados Unidos. Finalmente, asistió a la Northwestern University y recibió un MBA. Se hizo un economista profesional. Cuando tenía veintidós años, fue nombrado al Comité Nacional de Enseñanza de la Asamblea Espiritual Nacional de los Estados Unidos y Canadá.

Él publicó un artículo en enero de 1934, en una edición de Bahá'í magazine: 'La Organización Económica de la Sociedad en el Nuevo Orden Mundial'.

Él fue primero elegido miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de los Estados Unidos y Canadá en 1946; en 1948, Canadá formó su propia Asamblea del Espiritual Nacional. Paul sirvió en la Asamblea Nacional de los Estados Unidos como presidente entre 1950 - 1957. Él sirvió de numerosas maneras, incluso como presidente del Comité de Fideicomisarios de Construcción del Templo. Él representó a la Asamblea Nacional en la formación de la Asamblea Espiritual Nacional de Canadá. En 1951, él representó a la Asamblea Nacional en la formación de la Asamblea Espiritual Nacional Regional de América del Sur, y en 1953, la Asamblea del Espiritual Nacional Regional de Italia y Suiza.

Paul se casó con Helen Margery Wheeler, una bahá'í que él conoció en la Escuela Bahá'í de Green Acre, el 15 de julio de 1942. Ellos residieron en Washington D.C., no lejos de Merriam, hasta que se trasladaron a Tierra Santa, en 1958. Él fue uno de los fundadores del Club de golf de Caesaria y a menudo actuaría como juez en competiciones y torneos; uno fue un evento anual por un trofeo presentado por la comunidad Bahá'í de Haifa.

Paul Haney recibió el nombramiento el 19 de marzo de 1954, de Shoghi Effendi como una Mano de la Causa de Dios. Así los próximos tres años fueron servicio completo a la Comunidad Mundial Bahá'í. Él asistió en nombre de la Asamblea Espiritual Nacional de los Estados Unidos la Convención de África Sur y Oriental en abril de 1956. Él representó al Guardián durante la primera Convención de Alaska que se sostuvo en Anchorage, en abril de 1957.

El súbito fallecimiento del Guardián, en Londres, el 4 de noviembre de 1957, trajo a todas las Manos de la Causa de Dios la penalidad más grande. Paul fue elegido para ser una de las nueve Manos de la Causa de Dios residentes en la Tierra Santa, posteriormente conocidos como los Custodios. Éste fue un gran sacrificio porque él estaría lejos de su querida Merriam y tendría que abandonar una muy alta y bien pagada posición profesional. Él representó a las Manos de la Causa de Dios en convenciones nacionales a lo largo del Mundo Bahá'í y en el Primer Congreso Mundial Bahá'í en el Albert Hall de Londres en 1963.

La Casa Universal de Justicia fue elegida en 1963, y una de sus primeras acciones fue invitar a cinco de las Manos de la Causa de Dios a permanecer en la Tierra Santa como asesores, y para llevar a cabo deberes específicos. Paul fue uno de los cinco, y sus primeras responsabilidades fueron con el Comité Editorial. Él representó a la Casa Universal de Justicia en la quincuagésimo sexta Convención Anual de los Estados Unidos en 1965. Él viajó a lo largo del mundo representando a la Institución Suprema 3. él tomó la parte en las cuatro Convenciones Internacionales sostenidas durante su vida y presidió la sesión de apertura en 1968. (4)

El 1 de septiembre de 1965, Merriam Haney ascendió al Reino de Abhá. Ésta fue indudablemente una gran pérdida para Paul. Él soportó grandes sacrificios durante su dedicación a la Causa, siempre fue hacia adelante, siendo acertado en su juicio. Él viajó nuevamente a lo largo del mundo, representando a la Casa Universal de Justicia, aconsejando, instruyendo, y animando a los amigos con sus actividades. Atendió funciones diplomáticas y gubernamentales en Jerusalén como representante del Centro Mundial Bahá'í; jugó un gran papel en el desarrollo del Cuerpo Continental de Consejeros y después el Centro Internacional de Enseñanza. En 1982, representó a la Casa Universal de Justicia en las Conferencias Continentales de Quito, Ecuador, Costa Rica y Panamá.

Paul Haney encontró la muerte repentinamente y al instante el 3 de diciembre de 1982 por lesiones producidas en un accidente automovilístico en Haifa.
_________________

1. The Bahá'í World, vol. XVIII, pág. 614. In memoriam, Paul Haney, por Amatúl-Bahá Ruhíyyih Khánum y David Hoffman.

2. The Bahá'í World, vol. XVIII, pág. 614, extractos de Tablas Bahá'ís tomadas de las Tablas de 'Abdu'l-Bahá.

3. el autor se encontró Mano de la Causa de Dios, Paul Haney en la Conferencia Intercontinental en Marida México en febrero de 1978. Nosotros tuvimos una conversación sobre los atributos del Fondo. "Irónicamente, yo estaba intentando sostener mi punto realmente hasta que comprendí con quien yo estaba argumentando con." Él era una Mano de la Causa de Dios Residente en Tierra Santa durante la peregrinación en julio de 1981. El autor evoca cómo Paul Haney lo ayudaba mientras estaba sumamente enfermo en su primer día en Haifa. El autor estaba demasiado enfermo al momento de entrar en el Santuario del Báb, quedando en el suelo delante del umbral, incapaz incluso de movimiento. Paul Haney lo ayudó y lo sostuvo que para que él pudiera ponerse de pie, entonces leyó la Tabla de Visitación: "apenas él me recogió del suelo dónde yo estaba delante del santo umbral Báb y la fuerza en mis piernas volvió para que yo pudiera estar de pie durante la oración entera". Él inquirió personalmente sobre el progreso de mi recuperación durante los próximos días. Unos días más tarde nosotros atravesamos juntos los jardines entre la Casa de Peregrinos Occidentales y el Santuario del Báb, sin decir una palabra, simplemente atrapados en su esplendor.

4. para referencias adicionales sobre las actividades de las Manos de la Causa de Dios durante el período de Custodia, ver El Ministerio de los Custodios 1957-1963, publicado por La Casa Universal de Justicia, 1992. Ver también Bahá'í World 1954-1963, vol. XIII, publicado por La Casa Universal de Justicia, 1970.

febrero 18, 2006

HORACE HOLLEY

Por: R. Jackson Armstrong-Ingram




Holley, Horace Hotchkiss (1887-1960). Autor, administrador Bahá'í, Mano de la Causa.





Primeros años

Horace Hotchkiss Holley nació el 7 de abril de 1887, en Torrington, Connecticut, Estados Unidos de América. Su familia era pudiente y sus antepasados incluyeron ministros congregacionalistas y notables educadores. Se graduó de la muy conocida Escuela de Lawrenceville en New Jersey en 1906 y siguió para asistir a Williams College dónde estudió literatura.

En 1909, partió para Europa con la intención de pasarse el verano allí y volver para completar sus estudios. Sin embargo, encontró una artista joven, Bertha Herbert, en el barco. Ella le prestó el libro de Myron Phelps sobre 'Abdu'l-Bahá que introdujo a Holley en la Fe Bahá'í. Herbert y Holley se casaron en octubre de 1909 y permanecieron en Europa, primero en Italia y después en Francia. Mientras vivían en Italia, su primera hija, Hertha, nació.

En 1911, la familia de Holley fue a Thonon-les-Bains, Francia, para encontrarse con 'Abdu'l-Bahá que estaba hospedado allí. En 1912, se movieron a París y de nuevo se encontraron con 'Abdu'l-Bahá en sus visitas allí. En París, Horace abrió una galería de arte moderno y Bertha estudió diseño. Mientras vivían en París, Holley publicó sus primeros libros de verso y su primer trabajo sobre la Fe Bahá'í, 'Bahaismo: La Religión Social Moderna'.

La visión de Holley sobre la Fe Bahá'í estaba muy dada hacia las condiciones sociales en estos años tempranos. Realmente no fue hasta después que él desarrolló una apreciación de sus aspectos específicamente religiosos. Aunque, incluso entonces, tendió a dar énfasis a una continuidad entre los aspectos religiosos y sociales, viendo a los anteriores como individuos inspiradores para lograr lo último, en lugar de verlos como directamente interconectados.

New York

Después de la explosión de Primera Guerra Mundial, los Holley estuvieron entre aquéllos que huyeron de París. Fueron primero a Londres, y después a New York donde se quedaron inicialmente con la familia Kinney, firmes miembros de la comunidad Bahá'í de New York.

Los Holley se establecieron en el Pueblo de Greenwich, New York, y se asociaron con la muy bohemia sociedad literaria y artística allí. Su segunda hija, Marcia, nació en 1916. Horace continuó escribiendo, publicando más verso, obras, y discusión sobre la Fe Bahá'í. Sin embargo, los ingreso personales que tenían no ni remotamente como los de New York o los que él tenía en Europa y cualquier suplemento proporcionado por la literatura de Horace y los esfuerzos artísticos de Bertha eran inconsecuentes. Horace entró en el comercialmente más viable mundo de promocionar libros, trabajando primero con la Compañía de Publicación de Iron Age de 1918 a 1920 y después como jefe del departamento de copiado en la Redfield Advertising Agency de 1921 a 1925.

Las dificultades del Holley no sólo eran financieras. Su matrimonio había estado bajo tensión para algún tiempo y los círculos en los que ellos entraron en el Pueblo de Greenwich no contribuían a su estabilidad. Horace y Bertha se divorciaron en 1919. Ese mismo año, Holley se casó con Doris Pascal, a quien él había visto por primera vez en París.

Aunque divorciados, Horace y Bertha siguieron estando amistosamente enlazados durante muchos años por asuntos financieros y debido a la triste condición de su hija mayor. Hertha experimentó repetidos y empeorados períodos de perturbación mental hasta su muerte en 1936, lo que fue financiera y emocionalmente muy costoso para toda la familia.

Desde su llegada a New York, Holley fue activo en los círculos Bahá'ís, así como en aquéllos del Pueblo de Greenwich, y en los inicios de la década de 1920 él fue también muy conocido en la comunidad Bahá'í a nivel nacional. Él también fue un miembro activo de la Iglesia Episcopal de St. Mark en New York, que había desarrollado una asociación con la comunidad Bahá'í, entre otros, bajo su rector Dr. William Norman Guthrie en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Holley sirvió como Custodio Menor de la sacristía de 1928 a 1933, escribiendo materiales de publicidad para la iglesia, actuando como gerente de medio tiempo de sus edificios de apartamentos de arriendo, y como jefe de los esfuerzos de recaudación de fondos. Holley dejó la iglesia en 1933, junto con muchos Bahá'ís y otros, como consecuencia de una discordancia entre la sacristía y el rector con respecto a las finanzas de la iglesia.

En 1923, Holley fue eligió por primera vez a la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de los Estados Unidos. Él serviría en este cuerpo hasta 1959. Fue secretario desde 1924 a 1930 y de 1932 a 1959. Fue durante su primer periodo que la posición se hizo de tiempo completo y Holley prescindió de su entonces bien establecida carrera de publicidad.

Así como servía en la Asamblea Nacional y trabajaba con la Iglesia de St Mark, Holley también sirvió como editor de World Unity Magazine y trabajó con la 'Fundación de la Unidad Mundial'. Él inició y editó Baha'i News. Y estaba envolucrado con numerosas editoriales y actividades escritas relacionadas a Star of the West, Baha'i World, y ediciones de los Escritos Bahá'ís.

Wilmette

A finales de los 1930, la AEN decidió mover la principal oficina nacional administrativa Bahá'í de la Costa Oriental a las vecindades del Mashriqu'l-Adhkar en Wilmette, Illinois. Holley se trasladó a Wilmette en 1939, y esto, junto con las restricciones de viaje impuestas después por la Segunda Guerra Mundial, motivó una centralización allí de actividades del comité nacional así como de las funciones administrativas directas de la propia secretaría de la Asamblea Nacional.

La escrupulosidad y disponibilidad de Holley a veces animaron la actitud de "deje que Horace lo haga" que podría resultar en mayor carga y responsabilidad de los asuntos nacionales bahá'ís descansando sobre los hombros de una persona que era muy oportuna. Esta escrupulosidad fue muy tomada en cuenta por Shoghi Effendi, tanto para tratar con asuntos dentro de los Estados Unidos como internacionalmente. Shoghi Effendi fue probable la única persona ocupada con los asuntos bahá'ís como para estar tanto en posición de apreciar la magnitud de las labores de Holley como para pedir legítimamente más de él, siendo que él mismo era aun más asediado.

Después de su traslado a Wilmette, Holley continuó su trabajo editorial, a pesar del crecimiento de su papel administrativo, y sirvió en comités nacionales. Él también era activo en la comunidad local Bahá'í de Wilmette organizando fiestas de la comunidad y reuniones hogareñas. Participó en la vida más amplia del pueblo, también, volviéndose miembro de Rotary, ayudando a fundar la Wilmette Historical Commission, e incluso sirviendo como vigilante de la incursión aérea durante la guerra.

En 1944, Holley sufrió un ataque cardíaco y de ese año tuvo recurrentes periodos de mala salud, debido a su corazón y después a una condición del nervio que le causó estar casi en constante dolor. También tenía problemas con su vista. A pesar de todo, él continuó sirviendo cabalmente más allá del punto dónde la preocupación por su salud podría haberle hecho decidir retirarse. De hecho, él ensanchó el alcance de sus actividades incluso para incluir una dimensión internacional. La Asamblea Nacional estableció el puesto de Asistente de Secretaría para ayudarlo, eligiendo a Charlotte Linfoot a esta posición, y ella tomó mucho del día para el trabajo de la oficina.

La Mano de la Causa

El esfuerzo lanzado a mitad de la década de1930 aumentar la extensión de la Fe Bahá'í en las Américas empezó a dar frutos después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de nuevas Asambleas Nacionales. Holley representó a la Asamblea Espiritual Nacional de los Estados Unidos en la elección de la primera Asamblea Nacional en Canadá (previamente bajo la jurisdicción del bloque de los Estados Unidos) en 1948. Él representó la Asamblea de Estados Unidos en la elección, en Panamá, de la primera Asamblea Nacional para Centroamérica, en 1951, junto con Dorothy Baker.

Después, en 1951, Shoghi Effendi nombró a Holley como una Mano de la Causa. Subsecuente a esto él asistió a eventos extranjeros como representante de Shoghi Effendi así como de la Asamblea Nacional de los Estados Unidos. De las conferencias internacionales sostenidas como la parte de las celebraciones del Año Santo de 1953, Holley asistió a aquéllos en Kampala, Uganda; Estocolmo, Finlandia; y Nueva Delhi, India, así como a la de Chicago.

Fue también en 1953 que Holley y Shoghi Effendi se encontraron por primera vez después de tres décadas de colaboración por correspondencia cuando Holley visitó Haifa, Israel, en diciembre. Como Secretario del cuerpo administrativo nacional bahá'í más firmemente establecido, Holley había jugado un papel principal ayudando en los esfuerzos de Shoghi Effendi por dar expresión práctica a los principios administrativos bahá'ís, aun cuando Shoghi Effendi tenía que refrenar la tendencia de Holley a querer establecer reglas procesales. Temperamentalmente, Holley se sentía muy cómodo con los límites firmes y era un esfuerzo para él imaginar una estructura administrativa que se acercara a las situaciones contextualmente y con flexibilidad. Esto le hizo parecer rígido para algunos, incluso intolerante, cuando era mayormente una preocupación por un mayor nivel de desempeño. Esas ocasiones nunca dejaron de asombrarle, mientras él pensaba que estaba actuando imparcialmente con los mejores intereses de todos, sin embargo sus acciones eran vistas como dictatoriales.

En 1957, Holley asistió a la convención en Lima, Perú, cuando la elección de la primera Asamblea Nacional para los países norteños de América del Sur fue sostenida, como representante personal de Shoghi Effendi.

Después de la muerte de Shoghi Effendi noviembre de 1957, Holley jugó un papel prominente en los cónclaves de las Manos que estaban intentando dirigir la Fe Bahá'í por un curso seguro. Subsecuentemente, le pidieron que se volviera uno de las Manos de la Causa residente en Israel.
Para ese entones su enfermedad había progresado considerablemente y estaba muy débil. Murió en julio de 1960 y fue enterrado al pie del Monte Carmelo en Haifa.

Bibliografía

Los Archivos Nacionales Bahá'ís, en Wilmette, Illinois, tiene los propios papeles de Holley. Aparte de estos, las fuentes originales principales sobre su carrera son los Archivos de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de los Estados Unidos. Los archivos de la mayoría de los comités de la Asamblea Nacional de los Estados Unidos incluyen material sobre Holley como casi todas las colecciones en los Archivos Nacionales Bahá'ís que cubren los años de su participación activa en la comunidad.

Aunque hay ninguna biografía disponible de Holley, es probable que cualquier biografía, memoria, o historia relacionadas a la Comunidad Bahá'í americana entre 1910 y 1960 haga mención de él. Un valioso tributo personal a Holley que da un buen sentido de un ser humano completo es el artículo sobre él que aparece en "In Memoriam", por Ruhiyyih Khanum, en Baha'i World: XIII (pp. 849-858).

febrero 11, 2006

UNA SERIA RESPONSABILIDAD

Internet es un mar cuya marea y corrientes son incontrolables, cualquier intento por controlar lo que allí se publica es un esfuerzo perdido, más aun con el boom de los blogs. Para los bahá'ís, así como para todos las personas, internet representa una gran oportunidad para compartir puntos de vista, intercambiar información, construir y descubrir.

Centrándonos especialmente en lo que corresponde a los bahá'ís, que es el fin de esta nota, exploraré lo que considero es una seria responsabilidad. Los bahá'ís podemos crear espacios en internet que nos permiten intercambiar información concerniente al estudio profundo de las enseñanzas de nuestra Fe; compartir opiniones para la construcción del discurso bahá'í, y ofrecer exposiciones de lo que la Fe Bahá'í puede ofrecer al mundo.

En este ejercicio debemos tener en cuenta que es importante medir la información publicada, pues ajeno a la intención de quien publica, debe considerarse con mucha atención en efecto que ello pueda tener en quienes leen. Internet no es un sitio privado, es público y decenas, cientos o miles de personas lo leerán ¿Tenemos responsabilidad moral con respecto a ese efecto? Estoy convencido de que sí.

He visto espacios de bahá'ís, y no voy a detenerme en la enumeración de sus nombres o direcciones, que con muy poco criterio publican críticas y denuncias hacia las instituciones bahá'ís que no tienen otro efecto que desprestigiar nuestra estructura administrativa. lo que digo aquí no es que lo bahá'ís debamos negar que estamos en un proceso de aprendizaje, y cometemos errores en ese proceso, pero ¿Que beneficio trae, que mejora promueve hacer pública nuestra indignación, justificada o no? Hay que tener en cuenta que la conciencia propia, valiosa como es, no es un paradigma de acierto, y podemos estar tan acertados como equivocados. Si usamos internet como un espacio paralelo a los canales adecuados para la consulta, quejas o críticas, lo que hacemos es promover ideas que más parecen buscar un consenso popular. Esta práctica, tan común en la dinámica de sistemas corrientes, es ajeno al modo en el que los bahá'ís deberían conducirse.

Hace poco he visto un espacio en español, que reproduce una nota traducida del inglés, que invita a hacer reclamos a una Asamblea Nacional sobre un caso en particular. Esto, sea cual sea la intención, es un esfuerzo de movilizar presión, y de lo contrario, por mucho que doren la píldora en realidad no me convencería.

Aparecer como las voces de la dignidad, los defensores de la actividad académica, o los voceros de las masas presenta como aditivo, intencional o no, a la estructura administrativa bahá'í, o a instituciones particulares dentro de esa estructura, como represores de la libertad, la justicia y la verdad ¿Que de bueno se logra con esto? ¿tranquilizar nuestra conciencia? ¿Y que hay de la conciencia que deberíamos tener sobre ayudar a la comunidad a crecer todos juntos? ¿Que hay de la paciencia y amor con los cuales podemos dar fuerza a nuestra Fe para superar sus errores?

Realmente me preocupa la manera en que algunos amigos dan tribuna libre a quienes sienten el derecho de lanzar acusaciones, atribuyendo a las instituciones intenciones malévolas o errores casi imperdonables, que son decorados con grandilocuetes expresiones de pudor propio o de alguna actividad intelectual o la venerable libertad. Sugiero una profunda reflexión espiritual, sopesar con justicia, mentalidad crítica, pero también con el amor que Bahá'u'lláh y El Maestro desearon siempre que caracterice las relaciones entre sus seguidores si la medida de hacer público todo es sabia o no.

Tenemos una Fe tan tierna, un público muchas veces tan desconocedor de ella, que dicha consideración exige con suma urgencia estar presente en las mentes y corazones de aquellos que sentimos la felicidad de llamarnos bahá'ís.

Un amigo bahá'í, moderador de una lista de discusión en la que tengo el privilegio de participar dijo una vez que el poder publicar en internet involucra una gran responsabilidad, una responsabilidad delicada. Por amor a nuestra Fe debemos hacer un esfuerzo constante por tener presente cada vez que pensamos publicar algo, preguntas como ¿Beneficiará esto a la Fe? ¿Es posible que cree confusión en vez de despejar dudas? ¿Podría estar dañando la imagen de la Fe que tanto amo, aun si mi intención es exaltar su nombre? ¿Estoy realmente ayudando con esto al aprendizaje?

febrero 04, 2006

MERCEDES SÁNCHEZ ...El Ángel del Amor
Esta Nota dista en perspectiva de mis trabajos anteriores. Ahora quiero escribir un poco sobre Mercedes Sánchez.

Hace 3 años le pregunté a un amigo ¿Quien es el bahá'í más santo que ha habido en Perú? Y la respuesta fue: Mercedes Sánchez

Dudo que algún bahá'í peruano que haya conocido a Mercedes Sánchez "Meche" tenga una respuesta diferente. Parece que su sola presencia traía paz; cuando ella llegaba, cualquier discusión desaparecía, mientras el ambiente se llenaba de paz y cordialidad.

Cuando ella apoyaba su mano sobre alguien, cualquier tensión o enojo se desvanecía. Esto fue experimentado por varios creyentes quienes mantienen relatos extraordinarios sobre experiencias con ella, cada uno es una muestra del sumamente relevante papel que ella jugó en la vida de quienes pudieron disfrutar de estar a su lado. Fue, aun cuando no tuvo hijos, una madre amorosa.

Una muestra del respeto que su recuerdo mantiene es éste, los Haziratu’l Quds nacionales siempre poseen fotografías de 'Abdu'l-Bahá, y con frecuencia acogen una fotografía del padre espiritual del país. En Perú, uno de los muros exhibe la fotografía de Mercedes Sánchez, junto a la de Eve Nicklin, la madre espiritual del Perú. Es la única fotografía de esta naturaleza, nadie sostuvo, y nadie sostendría, según puedo ver, una opinión que sugiera que dicha fotografía no puede adornar el Haziratu’l Quds. El riesgo de que aparezca una poblada galería de fotos de creyentes no existe, porque después de quien nos trajo la Fe, nadie, sugiero sin temor a equivocarme, significó tanto en este país, como Mercedes Sánchez. ¡Y nos hace tanta falta!

Cuando ella cesó en su servicio como Miembro del Cuerpo Auxiliar, después de alrededor de 40 años de constante labor, los Miembros del Cuerpo Auxiliar le rindieron un homenaje al cierre de la Convención Nacional de 1997. En cierto momento alguien sugirió que aquellos que habían tenido el privilegio de servir como sus ayudantes se levantasen, con gran emoción casi todos los asistentes a la Convención nos pusimos de pie. Decenas de amigos, a lo largo de los años, en diferentes tiempos y bajo diferentes circunstancias habíamos podido estar bajo las indicaciones de ella. Me enorgullece poder decir que mi padre sirvió como su ayudante durante casi 25 años, desde que se autorizó a los Miembros Auxiliares nombrarlos. Tanto él, como la mayoría, sino todos, los miembros de la Asamblea Nacional, al igual que los Miembros Auxiliares presentes, estaban de pie, también habían pasado por "la escuela de Meche", como posteriormente se conoció a la educación que ella impartió de manera personal como en reuniones de ayudantes.

Me encontraba realizando el año de servicio bahá'í, en una ciudad a más de medio día de viaje desde Lima cuando ella dejó este mundo terrenal para emprender viaje hacia el regazo de su Señor, a fin de disfrutar de las delicias eternas que la aguardaban por todos los heroicos y devotos servicios que rindió en Su Causa. No pude asistir a su funeral; lo lamenté mucho, y aún lamento no haber podido verla.

Querida Mechita, desde la proximidad a Dios, junto a otros ángeles como tú, puedes ver a esta comunidad levantada en gran medida por ti. Ojalá podamos llegar a ser motivo de tu orgullo. Tienes el don de la intercesión, ruega por nosotros.

¿Qué más puedo decir? Lo que podría escribir sobre Mercedes Sánchez, y lo que cualquier otro que escriba sobre ella, sólo puede quedar enmarcado en la expresión Amor, Amor, Amor.

Para terminar quiero citar las palabras del Sr. Masud Khamsí sobre Meche, y el infinito amor, paciencia y dulzura que ella siempre dispensó, y que penetraba el corazón, por lo cual se ganó el amor y devoción de todos:

"Incluso las Manifestaciones de Dios tuvieron enemigos, pero ¿Quién podría ser enemigo de Meche?"

enero 25, 2006

JUSTOS E IMPÍOS

Bahá'u'lláh exhorta a sus seguidores a eludir la asociación con el Impío. He notado que este exhortación ha sido entendida como una referencia a aquellas personas cuyas ideas heterodoxas chocan con los conceptos e ideas generalizadas, y con esta comprensión se hacen calificaciones sobre deslealtad a la Alianza, disidencia, etc. Sin embargo, la diversidad de perspectivas teológicas no son sino una característica de la comunidad bahá'í que no debe ser ni reprimida ni desalentada. Uno de los elementos de esta ecuación es la creencia de que en la Fe Bahá'í la interpretación es una práctica prohibida, partiendo de la aceptación de que 'Abdu'l-Bahá es el Intérprete Infalible de la Palabra Revelada por Su Padre. Sin embargo, una lectura de textos que complementan la comprensión de este asunto hace claro que la interpretación es una práctica que se permite ejercer de manera libre y abierta, con la condición de que tengamos presente que las conclusiones a las que arribamos no son vinculantes para los demás, y ni siquiera para uno mismo a través del tiempo, pues las comprensiones personales irán variando mientras uno medita más y más las fuentes autoritativas.

Siendo así que las ideas diferentes no constituyen perfecta señal de impiedad, entonces ¿A quien hay que evitar? ¿Cómo reconocer a un Impío? Bahá'u'lláh expone las consecuencias de la asociación con el impío. Él escribió:

"La asociación con los impíos aumenta la tristeza"
"tal compañía cambia la luz del corazón en fuego infernal."

En los Escritos bahá'ís el 'infierno' es una expresión metafórica para representar la lejanía de Dios. Este mismo infierno es el hogar de satanás, el insistente yo, por cuya satisfacción se sacrifica todo; así la alegría se deja de lado para dar paso a la tristeza, por cuanto no hay nada en este mundo que pueda finalmente satisfacer el apetito del ego humano.

Apartarse ciegamente de personas con ideas diferentes a las nuestras por razón de esas diferencias, sería una señal de egolatría que en pocas palabras dice "todo el que esté en desacuerdo conmigo es un impío". En este caso ¿Quién está siendo consumido por el fuego infernal?

Como contraposición al Impío, Bahá'u'lláh presenta al Justo; alienta a los creyentes a buscar ser compañeros de los justos y atesorar dicha compañía. Estos Justos son los amados de Dios y Sus elegidos, quienes han bebido de manos del Copero inmortal la copa de la vida eterna.

También en este caso, se reconoce a los Justos por las consecuencias de la asociación con ellos. No por su verbo o erudición, sino por las percepciones subjetivas del corazón:

"(...) la compañía de los justos limpia de herrumbre el corazón"

Entiendo que la herrumbre, tal como con el metal, tiene dos consecuencias principales y directas en el corazón:
1- Lo consume, disminuyendo su fuerza, y
2- Lo hace opaco, incapaz de reflejar la luz.

La compañía del Justo viene entonces a fortalecernos para acercarnos a Dios y nos ayuda a reflejar su Luz. Pero lo único que realmente puede efectuar esa transformación en el corazón humano es el amor de Dios, entonces el Justo es alguien que está inundado de ese amor, a tal punto que su brillo espiritual limpia el corazón de sus semejantes.

Tanto con Justos como con Impíos, identificar las características viene por asociación directa, Bahá'u'lláh lo ha situado de este modo, quitando del camino los prejuicios que anatematizan o exaltan pueblos, razas, convicciones, religiones, etc.

enero 19, 2006

LAS PALABRAS OCULTAS

( Palabra Oculta Nº 1 del Árabe)


Bahá'u'lláh reveló, durante Su estancia en Bagdad, algunas de Sus obras más conocidas, entre ellas las Palabras Ocultas, Kalimat-i-Maknunih, las cuales dictó mientras Bahá'u'lláh caminaba por las orillas del Tigris. Este libro fue conocido inicialmente como "El Libro Oculto de Fatimih", y fue identificado como tal por Bahá'u'lláh Mismo.

El libro se presenta como una colección de enunciados que llaman a una vida santificada, y puede considerársele como el núcleo de las enseñanzas morales y éticas de Bahá'u'lláh. Según el Guardián las Palabras Ocultas fueron reveladas para la reorientación de las mentes de los hombres, la edificación de sus almas y la rectificación de su conducta.

En el epílogo que Bahá'u'lláh Mismo hace al libro, escribe: La mística y maravillosa Novia que estaba oculta bajo el velo de la prolación, ahora, por la gracia de Dios y su divino favor, se ha hecho manifiesta como la resplandeciente luz que vierte la belleza del Amado. ¡Oh amigos! atestiguo que el favor es completo, el argumento se ha cumplido, la prueba es manifiesta, y la evidencia se ha establecido.

Aquí Bahá’u’lláh hace alusión a Su posición profética, en el original la palabra PROLACIÓN es BAYÁN. Pienso que puede tener algo que ver con la realidad de Bahá’u’lláh, oculta durante la Dispensación del Báb.

Respecto al nombre permanentemente establecido para el Libro, Shoghi Effendi explica a través de su secretaria: Estas palabras fueron llamadas ocultas por el hecho de que el hombre no ha tenido el conocimiento ni el verdadero sentido de apreciación de ellas antes de que fueran reveladas por Bahá'u'lláh.

Como compendio de las enseñanzas espirituales que fueron transmitidas a la humanidad a través de los Profetas de antaño, las Palabras Ocultas son una versión actualizada de dichas enseñanzas, para servir de guía a la humanidad, en lo que se refiere al aspecto espiritual del hombre, cuya educación ha sido siempre la tarea de todos los Mensajeros Divinos; así, Bahá'u'lláh continúa la misión de Sus Predecesores, y establece algo así como una base sobre la cual se construye la nueva etapa en la educación espiritual del ser humano.

Al analizar el libro, se apreciará que no establece leyes , sino que se explaya más sobre el carácter interior del hombre, y la relación del alma y corazón con Dios, explica el origen de la realidad humana, describe la relación del espíritu humano con su Creador, y revela las cualidades que deben adornar la actitud del hombre hacia Dios y hacia los demás seres humanos.

Bahá'u'lláh aclara perplejidades que fueron erróneamente interpretadas en todos los tiempo, como la realidad del alma y la vida después de la muerte; se explaya sobre el amor de Dios por el hombre, y explica que este amor ha sido el motivo para su creación (Palabra Oculta 5, del árabe).

Podría arribarse a la conclusión de que las Palabras Ocultas son el germen del mensaje bahá'í, la Fe Bahá'í en estado 'embrionario'. En equivalencia es esa la característica de la comunidad bábí que se desarrollo en torno a Bahá’u’lláh en Bagdad. Él diseñó primero una base teológica, con principios morales, esotéricos y una exposición del concepto de Revelación Progresiva y cual ha sido la dinámica entre ella y una humanidad temerosa.

Siento que el Guardián entendió que el desarrollo de la Fe en el resto del mundo habría de tener un proceso evolutivo correspondiente en cierta medida con la progresión de la revelación de Bahá’u’lláh, por esto inició traduciendo al inglés libros como las Palabras Ocultas, los Siete Valles y el Kitáb-i-Iqán.
LA ESCUELA DE VERANO ...Un espacio para la profundización

En el último mensaje de la Casa de Justicia, ella ha descrito que la Escuela de Verano como un rasgo importante de la vida comunitaria que seguirá ofreciendo a los creyentes amplias oportunidades para profundizar su conocimiento sobre las enseñanzas.

La Escuela de Verano es un rasgo de la vida comunitaria desde hace más de 80 años, que no se desprende ni depende directamente del proceso de Instituto, aunque sí se ve afectado por el desarrollo que promueve el Instituto. Una diferenciación clara debe haber entre ambos elementos bahá'ís, la Escuela de Verano sirve para la profundización y estudio de la Fe con variados métodos.

Ver a la Escuela de Verano como una herramienta o rama del proceso de Instituto tiende a llevar la agenda temática de la Escuela de Verano a una presentación técnica del desarrollo comunitario, y la dinámica de estudio a limitarse a concluir en una compresión primaria.

El Guardián recomendó a los bahá'ís perseverar en los esfuerzos por mejorar la calidad intelectual de las Escuelas de Verano. Él se refiere a ellas como un espacio para ampliar los conocimientos y comprensión de los principios de la Fe, su historia, los principios rectores de su Orden Administrativo, su Alianza, y la naturaleza y consecuencias de alejarse de ella; infaltable es también la exploración del Islam y el Corán.

Las Asambleas Nacionales hacen, o harían bien en designar una comisión para la preparación del programa académico de la Escuela de Verano y la selección de los expositores; dicha comisión debe estar conformada por creyentes que estén familiarizados con las guías sobre el contenido temático, dadas por el Guardián, y habilidad para seleccionar el cuerpo de expositores.

Aunque la Casa de Justicia ha expresado que no siente que haya llegado el tiempo para la formación de centros de educación teológica, la Escuela de Verano puede funcionar como un espacio inicial de desarrollo teológico. Podríamos permitir la expresión libre de perspectivas y teorías sobre las enseñanzas bahá'ís, teniendo en cuenta que gran parte de la literatura que usan como fuente los expositores en las Escuelas de Verano es literatura secundaria. Pueden surgir opiniones diferentes a las expuestas en ella. Y aunque esas ideas hayan ido consolidándose en la tradición de la comunidad bahá'í como si fueran la Fe misma, siendo en realidad, discurso.

Durante las exposiciones puede con prudencia pedagógica ir desmitologizándose ciertas creencias difundidas y enraizadas en el pensamiento general, esto es en la praxis uno de los frutos del estudio de la Fe y sus enseñanzas, historia y creencias. También podríamos tener la exposición de visiones distintas de los procesos de desarrollo de la Fe e ideas novedosas sobre la aplicación de los Planes. En suma, la agenda temática de la Escuela de Verano debe ir adquiriendo características académicas, empíricas y críticas.
EL AYUNO

Junto con la Oración Obligatoria, el Ayuno es una de las leyes bahá'ís más importantes para el individuo bahá'í. A grandes rasgos podemos decir que el ayuno es la abstinencia de comida o bebida, completa o parcialmente, durante un tiempo determinado. Las versiones más antiguas del ayuno tienen invariablemente un significado religioso. El ayuno bahá'í comprende la abstinencia de todo alimento y bebida, incluyendo agua, durante 19 días, desde la salida del sol hasta el ocaso, empezando el 2 marzo y culminando el 20 de marzo.

En la fuente escritural cristiana no se encuentra una ley específica del ayuno, razón por la cual esta práctica varía entre las diferentes Iglesias, y también ha cambiado a través del tiempo. En el Islam, la ley del ayuno es escrita y clara.

El ayuno bahá'í es esencialmente un período de meditación y oración, de recuperación espiritual. Durante el ayuno el creyente debe tratar de efectuar mejoras en su vida interior, y refrescar y robustecer las fuerzas espirituales latentes en su alma.

El significado y propósito del ayuno son espirituales. El ayuno es un acto simbólico, un recordatorio de la abstinencia de deseos carnales y egoístas. A pesar de esta perspectiva, las relaciones sexuales durante el ayuno no están prohibidas, ni el lujo o la diversión, fumar sí está contemplado dentro de aquello de lo cual hay que abstenerse durante el ayuno, de igual manera que los alimentos.

Para los bahá'ís el ayuno es obligatorio, pero no es exigible por las instituciones bahá'ís, es una obligación enteramente personal, que se aplica desde los quince (15) hasta los setenta (70) años, tanto para mujeres como para hombres.

Las personas exentas de ayunar son:
1- Las personas empleadas en trabajos muy arduos (a quienes se aconseja ser moderados en el uso de esta exención, comiendo con frugalidad y en privado).
2- Las mujeres que estén menstruando (ellas deben repetir diariamente 95 veces "Glorificado sea Dios, el Señor de Esplendor y Belleza”).
3- Los enfermos.
4- Las mujeres gestantes o que estén dando de lactar.
5- Los que estén viajando, siempre que el viaje dure más de nueve horas usando medios de transporte, o dos horas a pie.

A diferencia de la creencia difundida entre algunos bahá'ís, que el ayuno se mide por relojes, criterio según el cual sólo se ayuna 12 horas al día, en realidad el ayuno se extiende desde la salida hasta la puesta del sol, que en la mayoría de lugares no es un lapso igual a la noche. El uso de relojes está limitado a aquellos lugares en donde los días y las noches se prolongan marcadamente, como en Groenlandia o Tierra del Fuego, y aún allí no hay nada explícito en los Escritos de Bahá'u'lláh que diga que deben ser 12 horas. Aún cuando en estos casos no sea contrario a la ley ayunar 12 horas, es importante mantener una diferenciación entre aquello que está explícitamente ordenado, y las conclusiones de los bahá'ís.

Según el Calendario Bahá'í el ayuno constituye el último mes del año, y siendo un periodo de meditación, puede ser visto como una preparación para iniciar el nuevo año con una renovación espiritual.

El ayuno establecido por Bahá'u'lláh es un replanteamiento del ayuno babí, que de igual manera son los últimos días del año.

En respuesta a la pregunta sobre la posibilidad de ofrecer ayuno a Dios como súplica, Bahá'u'lláh, aunque lo aprobó, señaló que eran preferibles los votos que beneficien a la humanidad. Estos votos podrían ser de servicio social. A diferencia del Islam, la Fe Bahá'í no contempla el ayuno como ejercicio ritual de expiación.

Aun cuando no hay actividades especiales establecidas, sin embargo, los bahá'ís aprovechan el periodo de ayuno para celebrar reuniones, visitarse mutuamente, cenar juntos, y estudiar los Escritos Sagrados. En general, es un periodo de gran significado tanto para el individuo bahá'í como para la interacción comunitaria entre bahá'ís.

enero 14, 2006


Casa Universal de Justicia

28 de diciembre de 2005


A todas las Asambleas Nacionales Espirituales

Queridos amigos bahá’ís:

1- En las próximas semanas estarán ustedes ocupados en consultas sobre los rasgos del próximo Plan de Cinco Años tal como se describe en nuestro mensaje fechado el 27 de diciembre de 2005 dirigido a la Conferencia de los Cuerpos Continentales de Consejeros. Creemos que estas deliberaciones se beneficiarán de los siguientes comentarios sobre el currículum del instituto de capacitación.

2- Cuando en nuestro mensaje fechado el 26 de diciembre de 1995 subrayamos la necesidad de disponer de un programa formal de capacitación, éramos conscientes de que ciertos elementos de un currículum que cumplía los requisitos necesarios ya existían en los materiales del Instituto Ruhi. No obstante, nuestra convicción fue que la experiencia acumulada en aquel momento no justificaba que recomendáramos un conjunto específico de materiales para los institutos de capacitación de todo el mundo. Por ello, los mensajes escritos por nosotros y de nuestra parte durante la primera parte del Plan de Cuatro Años alentaban a las Asambleas Espirituales Nacionales y a los Consejeros a abrir el camino para que los institutos de capacitación siguieran el currículum que estimaran conveniente. Sin embargo, conscientes de la dificultad inherente de crear programas que integren distintos elementos, repetidamente expresamos la opinión de que la ejecución de los planes no debía esperar el resultado de prolongadas decisiones sobre la cuestión del currículum, sino que debían utilizar los materiales que estuvieran ya listos. La disponibilidad de tales materiales era limitada en todo el mundo, y las Asambleas Espirituales Nacionales y las juntas de los institutos empezaron a adoptar los libros del Instituto Ruhi a medida que se enteraban de su existencia, a menudo por medio de los Consejeros. Cuando el Plan de Cuatro Años llegaba a su término, fue muy evidente que aquellas comunidades nacionales que vigorosamente procedieron a utilizar la secuencia de cursos diseñados por el Instituto Ruhi estaban muy por delante de las que se habían propuesto desarrollar su propio programa.

3- Sin embargo, el Plan de Cinco Años fue el que vino a convencer a Consejeros, Asambleas Nacionales y juntas de todas partes de las ventajas del currículum del Instituto Ruhi. La introducción del séptimo libro en la secuencia principal del Instituto al principio del Plan permitió a muchos apreciar mejor la conexión íntima existente entre el flujo de personas que pasan por una secuencia de cursos y el movimiento de agrupaciones de una etapa de crecimiento a la siguiente. En efecto, a medida que centenares de agrupaciones progresaban, le quedaba claro a las instituciones de todos los niveles que el contenido y el orden de la secuencia principal preparaba a los amigos para llevar a cabo aquellos actos de servicio requeridos por el patrón de crecimiento que se estaba estableciendo en una agrupación. De hecho, hemos descrito la dinámica de esta relación en nuestro mensaje del 27 de diciembre de 2005.

4- Ahora nos hemos familiarizado con los planes de desarrollo curricular actuales del Instituto Ruhi, que estarán basados cada vez más en la experiencia a nivel mundial de cómo mantener la expansión y la consolidación a gran escala. Celebramos la decisión del Instituto, por ejemplo, de trasladar el libro que actualmente ocupa la quinta posición en la secuencia y hacerlo parte de una serie de cursos que se ramifiquen del Libro 3 para preparar a los maestros de clases de niños bahá’ís, y de insertar en el quinto lugar un nuevo libro destinado a capacitar animadores de grupos de pre-jóvenes. Con la misma satisfacción observamos que el octavo libro de la secuencia principal tratará del importantísimo tema de la Alianza, iniciando así una serie que trate los aspectos institucionales del servicio a la Causa. A la vista de ello, hemos llegado a la conclusión de que los libros del Instituto Ruhi deben constituir la secuencia principal de los cursos de instituto de todas partes, al menos durante los años finales del primer siglo de la Edad Formativa, cuando la comunidad bahá’í estará enfocada en hacer avanzar el proceso de entrada en tropas dentro del marco de acción establecido en nuestro mensaje del 27 de diciembre.

5- Escoger un currículum para ser utilizado por los institutos de capacitación de todo el mundo durante un período concreto de tiempo no significa ignorar la variedad de necesidades e intereses de los amigos cuando se esmeran por equiparse mejor para entender y aplicar las enseñanzas de Bahá’u’lláh. Tampoco disminuye de ninguna manera el valor de los esfuerzos realizados por desarrollar cursos y materiales destinados a responder a dichas necesidades. Tampoco pretende sugerir que un currículum deba necesariamente agradar a todos. Lo que sí implica esta decisión es que las exigencias del crecimiento de la Fe son tales que, durante algunos años, los institutos de formación no deberán proponerse responder a todas las necesidades e intereses de los amigos.

6- Las instituciones de la Fe continuarán respetando los deseos de aquellos que, por cualquier razón, no se sienten inclinados a participar en el estudio de libros del Instituto Ruhi. Estas personas no tan dispuestas deben aceptar que tienen ante sí muchas vías de servicio, incluida, y por encima de todo, la enseñanza personal que es el deber más grande de cada bahá’í. Las clases de profundización y las escuelas de verano e invierno, que siguen siendo un rasgo importante de la vida comunitaria bahá’í les ofrecerán amplias oportunidades para profundizar su conocimiento sobre las enseñanzas. Lo que solicitamos de estos amigos, tal como lo hemos hecho anteriormente, es que no permitan que sus preferencias personales entorpezcan en modo alguno el desenvolvimiento de un proceso educativo que ha mostrado el potencial de incluir a millones de almas de diversos orígenes. En cuanto a los materiales que se han desarrollado en otros contextos a lo largo de los años, y que continuarán surgiendo, éstos sin duda tienen su lugar adecuado en la comunidad bahá’í. Algunos, por ejemplo, son la base para las clases de profundización a nivel de la comunidad, mientras que otros, con modificaciones que son necesarias, pueden ubicarse en alguna de las ramas de cursos que se desprenden de la secuencia principal de los cursos del Instituto Ruhi.

7- A este respecto, creemos que el tema de cursos que se desprenden de la secuencia principal merece algunas palabras de explicación. En nuestro mensaje fechado el 9 de enero de 2001 dirigido a la Conferencia de los Cuerpos de Consejeros, indicábamos que la secuencia principal podía asemejarse al tronco de un árbol, que sostiene otros cursos que se desprenden de él como ramas, cada rama tratando algún área específica de acción. Una serie de materiales de salud que se está desarrollando en África ofrece una buena ilustración de algunos rasgos de tales cursos. Tras dedicar años a formar trabajadores de salud comunitaria a finales de los años 1980 y principios de los 1990, varias agencias bahá’ís decidieron elaborar una serie de módulos destinados a preparar a personas para tratar con problemas de salud cada vez más complejos en el ámbito local. Cuando el primer módulo empezó a ser utilizado en su forma inicial, el proceso de instituto se había fortalecido, y se hizo evidente que aquellos que habían estudiado los Libros 1 y 2 del Instituto Ruhi estaban mejor preparados para visitar a miembros de sus familias extensas y amigos para hablar sobre temas de salud. El diseño de los módulos se modificó de forma que pudieran constituir una rama a partir del Libro 2, cuyos participantes estudian mientras continúan la secuencia principal. Los esfuerzos realizados en esta dirección han tenido un éxito indudable. Este ejemplo ilustra que los cursos que se desprenden de la secuencia no son una colección inconexa de materiales colocados al azar en diversos lugares. Más bien, si pretenden tener sentido pedagógico, deben surgir de la experiencia y seguir cierta lógica, tanto internamente como en el contexto de la secuencia total. Además, el concepto mismo de un curso que se desprende de la secuencia sugiere que proporciona capacitación para un área de servicio que interesará sólo a algunos de aquellos quienes están estudiando los libros de la secuencia principal. Esperamos que el desarrollo de tales cursos encaminados a responder a necesidades concretas, definidas por la acción en la base, sea una consecuencia natural de los esfuerzos de comunidades florecientes que están ávidamente procurando traducir a la realidad las enseñanzas de Bahá’u’lláh y utilizar materiales de capacitación como medio de sistematizar su experiencia y de compartir con cada vez más personas las percepciones que logran.


[Firmado: La Casa Universal de Justicia]

cc: La Mano de la Causa de Dios Dr. ‘Alí-Muhammad Varqá
Centro Internacional de Enseñanza
Cuerpos de Consejeros
Consejeros

(Agregué la numeración de los párrafos para facilitar el estudio)