junio 16, 2006

EL CONVENIO

(Interesantísimo trabajo de Moojan Momen, excelente para tener una visión general sobre el Convenio)

El convenio (Persa, 'ahd; árabe, mítháq) El contrato espiritual que vincula a Dios y la humanidad. La Fe Bahá'í reconoce dos convenios: primero, el convenio mayor, entre Dios, representado por la Manifestación de Dios (q.v.), por una parte, y humanidad en la otra, en el cual Dios promete continuar enviando la guía a la humanidad, mientras la humanidad, por su parte, promete obedecer y seguir estas enseñanzas cuando ellas vienen. Parte de este convenio mayor es la obligación que cada Manifestación de Dios de indicar a sus seguidores aceptar la siguiente Manifestación. Segundo, el convenio menor, que obliga a los individuos Bahá'ís a aceptar la jefatura de los designados sucesores de Bahá'u'lláh y las instituciones administrativas de la Fe. La firmeza en el convenio es una de las principales virtudes religiosas Bahá'ís y no incluye sólo aceptación de la legitimidad de la institución Bahá'í sino mucho más generales actitudes de lealtad y compromiso sincero con la Fe Bahá'í y la comunidad Bahá'í. Desafiar la autoridad del centro de la Fe Bahá'í es la ofensa espiritual más seria que un Bahá'í puede cometer. Es llamado rompimiento del Convenio y se considera que es una enfermedad espiritual y se castiga con la expulsión de la comunidad.

A. La Historia del Convenio.
B. El Convenio Mayor.
C. El Convenio Menor.
D. El Propósito del Convenio.
E. El Poder del Convenio.
F. La Firmeza en el Convenio.
G. El violador del Convenio, la violación del Convenio.
H. Resumen.

A. Historia del Convenio
Las escrituras Bahá'ís señalan, y de hecho dan énfasis a la continuidad del tema del convenio mayor en la historia de la religión (o por lo menos el de las religiones Occidentales). El convenio que Dios hizo con Abraham, que Él habría de hacer a Abraham el padre de muchas naciones y bendeciría a sus descendientes (Génesis 17:1-7, 18-21) es invocado por cuanto la ascendencia de Bahá'u'lláh se remonta a la línea de Abraham a través de Katurah. (GPB 94, Génesis 25:1-2) Pero más importante es el Convenio Sinaico, que involucra la obligación de los Israelitas de reconocer y seguir las leyes de Dios a cambio de que Dios exalte Israel. (Éxodo 24:4-8; 28:1-2) También de importancia desde el punto de vista Bahá'í es el convenio profético hecho por Dios a través de Jeremiah (Jeremiah 32:37-42) en el cual promete un día en que Él reunirá a Israel desde todos los países a los que han sido enviados y se los traerá de regreso a la Tierra Santa. Dios promete no dejarlos y hacerlos buenos. ("Y ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Dios." Jeremiah 32:38) Este convenio es importante ambos porque la primera parte es considerada por los Bahá'ís haber sido cumplida por Bahá'u'lláh con la en-recolección de los judíos a la Tierra Santa, y porque la última parte puede ser considerada la forma arquetípica del convenio mayor que ha sido reconfirmado en las revelaciones subsecuentes.

La diferencia fundamental entre la comprensión usual del convenio en la Biblia hebrea y la comprensión bahá'í es que Bahá'u'lláh da enfatiza que Dios está probando a la humanidad a través del convenio. En el Kitáb-i-Íqán y demás fuentes, Bahá'u'lláh escribe que cuando la humanidad acepta el convenio de obedecer la guía de Dios, esto se pone la prueba cuando la próxima Manifestación de Dios viene. Las personas se ponen a prueba de si ellos se armonizan de verdad a la voz de Dios y lo reconoce cuando viene de una nueva fuente o si ellos rechazan la nueva revelación.

En el Nuevo Testamento, la sangre de los animales de sacrificio, que marcaron el sello del convenio en el Judaísmo, (Éxodo 24:8) es reemplazada por la sangre de sacrifico de Cristo (hebreos 9:13-28). El convenio cambia así de ser concerniente con la obediencia de la ley a un convenio en que cualquiera que cree está seguro de la gracia con Dios. Las escrituras Bahá'ís apoyan poderosamente la importancia del sacrificio de Cristo. (GWB 36:85-86) La relación convenial para los Bahá'ís, sin embargo, involucra creencia y obediencia a la ley de Dios por parte de la humanidad.

El Qur'an porta un estrecho paralelo a la descripción del convenio en las escrituras Bahá'ís, describiendo que éste es concerniente con la guía de Dios a la humanidad a través de una sucesión de mensajeros de Dios. (Q 3:80-85)

Las escrituras del Báb están llenas de referencias al convenio, y en particular a la figura mesiánica de "Aquél a Quien Dios manifestará" (q.v.): "De este modo si los seguidores del Bayán (los Bábís) observan los preceptos de Aquél a Quien Dios hará Manifiesto en el momento de su aparición, considerándose a sí mismos y sus obras como estrellas expuestas a la luz del sol, habrán recogido entonces los frutos de su existencia... ". (Bayán Persa 8:1; SWB 97) "Se Tú testigo que mediante este Libro, he establecido un convenio con todas las cosas creadas con referencia a la misión de Aquél a Quien Tú harás manifiesto, antes de que el convenio referente a mi propia misión hubiese sido establecido." (GPB 30) A uno de sus más ilustres seguidores, Vahíd (q.v.), se relata que El Báb dijo: "Si se me asegurase que en el día de Su manifestación, negases, sin vacilar Yo te repudiaría... Si por otra parte, se me dijera que u cristiano, que no profesa lealtad a mi Fe, creerá en Él, a ese Yo le consideraría como si fuese la niña de Mi ojo". (GPB 30)

Así como el convenio mayor, los Escritos autoritativos Bahá'ís trazan hacia afuera la historia del convenio menor en las religiones anteriores. Pedro es reconocido como el jefe de los Apóstoles después de Jesús y 'Alí como el sucesor legítimo al Profeta Muhammad (Momen 153-4, 157). Sin embargo, la designación de ellos sólo se hizo oralmente y fue fácilmente contendida y disputada, en contraste con la escrita y clara designación del Centro del Convenio de Bahá'u'lláh, 'Abdu'l-Bahá. (WOB 145)

B. El Convenio Mayor
El Convenio Mayor (también llamado "el Convenio general", WOB 137, y "el Convenio Eterno" SWA 227) concierne a la promesa por parte de Dios, dado a través de uno de las Manifestaciones de Dios que Él no dejará a la humanidad sin guía y enviará por consiguiente una próxima Manifestación de Dios. La parte de la humanidad en el acuerdo es que obedecerá la ley de Dios tal como es dispensada por la presente Manifestación y reconocerá y obedecerá a la próxima Manifestación cuando ella llegue. Este convenio se resume más sucintamente por el Báb en el Bayán Persa: El Señor del universo jamás ha designado a un profeta ni ha enviado un Libro sin haber establecido su convenio con todos los hombres, apelando su aceptación de la próxima Revelación y del Libro siguiente; pues las efusiones de su bondad son incesantes e ilimitadas." (Bayán Persa 6:16; SWB 87)
'Abdu'l-Bahá describe la sucesión de los convenios establecidos por las sucesivas manifestaciones sucesivas: "Su Santidad Abraham... hizo un convenio referente a Su Santidad Moisés y dio las buenas nuevas de Su venida. Su Santidad Moisés hizo a un convenio acerca del Prometido, es decir Su Santidad Cristo, y anunció las felices nuevas de Su Manifestación al mundo. Su Santidad Cristo hizo un convenio acerca del Paráclito y dio la noticia de Su venida. Su Santidad el Profeta que Muhammad hizo un convenio en relación a Su Santidad el Báb y el Báb era el prometido de Muhammad, para quien Muhammad dio la noticias de Su venida. El Báb hizo un Convenio acerca de la Belleza Bendita Bahá'u'lláh y dio las felices nuevas de la venida de la Belleza Bendita quien era el prometido por Su Santidad el Báb. Bahá'u'lláh hizo un convenio acerca de un prometido que se pondrá de manifiesto después de mil o miles de años. (Tanyi 20-21)

Bahá'u'lláh demanda ser el cumplimiento del convenio establecido por todos los profetas del pasado acerca de un gran día en el futuro cuando todas las promesas de Dios serán cumplidas. "La Revelación que desde tiempo inmemorial ha sido aclamada como el Propósito y Promesa de todos los profetas de Dios y como el más caro deseo de sus mensajeros, ha sido ahora manifestada a los hombres por virtud de la penetrante Voluntad del Todopoderoso y de su irresistible mandato. El advenimiento de tal Revelación ha sido anunciado en todas las Sagradas Escrituras." (GWB 3:5)

La parte de la humanidad del arreglo convenial desde el punto de vista de las enseñanzas bahá'ís puede resumirse mejor en la frase de apertura del Kitáb-i-Aqdas:

El primer deber prescrito por Dios a Sus siervos es el reconocimiento de Aquel que es la Aurora de Su Revelación y la Fuente de Sus leyes, Quien representa a la Deidad tanto en el Reino de Su Causa como en el mundo de la creación. El que haya cumplido este deber ha logrado todo bien; y el que esté privado de él se ha extraviado, aunque fuese autor de toda obra justa. Incumbe a todo el que alcance esta muy sublime estación, esta cumbre de trascendente gloria, observar cada uno de los preceptos de Aquel que es el Deseo del mundo. Estos dos deberes son inseparables. Ninguno es aceptable sin el otro. Así lo ha decretado Quien es la Fuente de inspiración divina. (SCK 11)

Bahá'u'lláh mantuvo la continuación del convenio mayor en el futuro declarando que a su debido tiempo otra Manifestación de Dios se levantaría pero que esto no ocurriría durante por lo menos unos mil años: "Quienquiera que sostenga la pretensión de ser una Revelación directa de Dios, antes de la expiración de un lapso de mil años, tal hombre es, con seguridad, un impostor mentiroso." (WOB 132)

C. El Convenio Menor
El Convenio Menor (también llamado "el Convenio especifico" WOB 137) se refiere al acuerdo entre una Manifestación de Dios y sus seguidores con respecto a la continuación de la autoridad en su religión. Aunque se considera haber existido precedentes de esto en las religiones anteriores (ver sección 1), Shoghi Effendi afirma que ninguna religión anterior tiene el asunto de la sucesión como importante ni el nombramiento del sucesor ha sido claro. El hecho de que la sucesión de la autoridad y las instituciones centrales de la Fe de Bahá'í se haya establecido por documentos escritos para que ellos no pudieran cuestionarse después se enfatiza por Shoghi Effendi como un "rasgo distintivo de la religión de Bahá'u'lláh". (WOB 21-22)

Mientras que la 'Tabla de la Rama', compuesta en el período de Edirne claramente había dado señales de la elevada estación de "la Rama de Santidad" y el Kitáb-i-Aqdas ha especificado que esta estación alta implicaba la dirección de la comunidad de bahá'í que después de que Bahá'u'lláh, sólo bastaba con abrir del Kitáb-i -'Ahd (el Libro del Convenio, q.v.) después del fallecimiento de Bahá'u'lláh (ver "Ascensión de Bahá'u'lláh") para reconfirmar que con la 'Rama' se hacia referencia a Abdu'l-Bahá. Tan firme y bien definido era esta nominación que Mírzá Muhammad 'Alí quien se alzo en rebelión contra la autoridad de 'Abdu'l-Bahá, nunca cuestionó el hecho de que 'Abdu'l-Bahá había sido designado como el sucesor de Bahá'u'lláh. Él solo disputo la actuación de 'Abdu'l-Bahá como líder.

El convenio menor fue ampliado por 'Abdu'l-Bahá en su 'Voluntad y Testamento' (q.v.) por el nombramiento de Shoghi Effendi como Guardián de la Fe de Bahá'í. En este documento, 'Abdu'l-Bahá también afirma la autoridad de la Casa Universal de Justicia, confirmando así como la otra institución en que la dirección se ha conferido por los procesos del Convenio Bahá'í. Shoghi Effendi escribe del 'Voluntad y Testamento' es el resultado de la "mística unión" entre Bahá'u'lláh y 'Abdu'l-Bahá. "Las energías creadoras liberadas por la Ley de Bahá'u'lláh al penetrar y desarrollarse en la mente de 'Abdu'l-Bahá, dieron lugar por su propio impacto y estrecha acción mutua, al nacimiento de un Instrumento que puede considerarse como la Carta Magna del Nuevo orden Mundial…" (WOB 144, cf GPB 325-6). Además de las funciones para la dirección de la comunidad bahá'í, conferidos a 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi, el Convenio confiere en 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi la posición de ser los únicos intérpretes autorizados de la escritura bahá'í. En el Kitáb-i-Aqdas, Bahá'u'lláh establece: "Remitid lo que no entendáis del Libro" a 'Abdu'l-Bahá (KA 174). De la misma forma 'Abdu'l-Bahá declara que Shoghi Effendi es "el expositor de las palabras de Dios" (WT 11).

También se deriva la autoridad de la Casa Universal de Justicia de la evolución del convenio. Lo siguiente es tomado de su Constitución:

"La procedencia, la autoridad, los deberes, la esfera de acción de la Casa Universal de Justicia derivan todas de la Palabra revelada de Bahá'u'lláh la que, junto con las interpretaciones y exposiciones del Centro del Convenio y del Guardián de la Causa -quien, después de 'Abdu'l-Bahá, es la única autoridad en la interpretación de las Escrituras Bahá'ís- constituyen los términos de referencia obligatorios de la Casa Universal de Justicia y son el lecho de roca de sus cimientos. La autoridad de estos Textos es absoluta e inmutable hasta el momento en que Dios Todopoderoso revele Su nueva Manifestación, a Quien pertenecerá toda autoridad y poder"(CUJ 3-4)

D. El propósito del Convenio.
El propósito del convenio se explica en varios pasajes de las escrituras bahá'ís. Siendo que el propósito de la religión es afirmar el establecimiento de la unidad y concordia entre la humanidad (TB 6:63-4, 129-30; GWB 101:206), Bahá'u'lláh advierte, en su 'Libro del Convenio': ¡Oh siervos! Que los medios para lograr el orden no se conviertan en motivo de confusión, y que el instrumento de la unión no dé ocasión para la discordia." El convenio establecido en este libro fue específicamente para anticipar tal desarrollo. 'Abdu'l-Bahá confirma que el propósito central del convenio fue impedir cisma y disensión:

Ya que grandes diferencias y divergencias de creencia sectaria se habían levantado a lo largo del pasado, cada hombre con una nueva idea atribuyéndola a Dios, Bahá'u'lláh deseó que no hubiese cimiento o razón para la discordia entre los Bahá'ís. Por consiguiente, con Su propia pluma Él escribió el Libro de Su Convenio, dirigiéndose a todas las gentes del mundo, diciendo, "verdaderamente, yo he señalado a Uno Quien es el Centro de Mi Convenio. Todos deben obedecerlo; todos deben volverse a Él; Él es el Expositor de Mi Libro, y Él está informado de Mi propósito. Todos deben volverse a Él. Todo lo que Él dice es correcto, pues, verdaderamente, Él conoce los textos de Mi Libro. Como Él, nadie conoce Mi Libro." El propósito de esta declaración es que nunca debe haber discordia ni divergencia entre los Bahá'ís sino que ellos siempre deben estar unidos y deben estar de acuerdo. (PUP 322-323, también PUP382, 455-6, SWA 209)

La misión específica de Bahá'u'lláh se relaciona con la unidad mundial. Ya que sería imposible para la Fe de Bahá'í unir el mundo si estuviera que desunida, el papel del convenio como el garante de la unidad de la comunidad bahá'í se une indisolublemente con la meta de unidad mundial: "Es evidente que el eje de la unidad del mundo de humanidad es el poder del Convenio y nada más." (TDP 49, cf GPB 239, SWA 208-9).

Shoghi Effendi también se refiere al convenio como el medio para dirigir y controlar el poder espiritual liberado por la venida de Bahá'u'lláh: "Para dirigir y canalizar estas fuerzas" y "para garantizar su operación armoniosa y continua después de Su ascensión." (GPB 237) Él se refiere a su propósito para "perpetuar la influencia de esa Fe, asegurar su integridad, protegerla del cisma, y estimular su expansión mundial…" (GPB 244-5)

E. El Poder del Convenio.
Puesto que es el punto focal de unidad tanto para la comunidad de Bahá'í como finalmente para el mundo y también es el cauce para el energías espirituales liberadas por Bahá'u'lláh, el Convenio se describe en las escrituras bahá'ís como dotado de poder. De hecho se ve como la fuerza motivadora detrás de todas las fuerzas positivas que trabajan en el mundo: "El poder del Convenio es como el calor del sol, que vivifica y promueve el desarrollo de todas las cosas creadas sobre la tierra. La luz del Convenio, en forma similar, es la educadora de las mentes, los espíritus, los corazones y las almas de los hombres." (GPB 239)

F. La Firmeza en el Convenio.
Siendo la institución del convenio un componente tan central y vital de la Fe Bahá'í, la firmeza en el convenio es considerada en los textos de Bahá'í como una de las virtudes religiosas principales. En su sentido más general, esto significa ejemplificar las leyes y enseñanzas de la Fe de Bahá'í:

Debéis comportaros en tal forma que os permita destacar, marcada y brillantemente como el sol, entre otras almas. Si alguno de vosotros llegara a entrar a una ciudad, deberá convertirse en el centro de atracción, por razones de sinceridad, su integridad y su devoción, su honestidad y fidelidad, su veracidad y su benevolencia hacia todas las gentes del mundo…Hasta que no alcancéis esta posición, no podréis decir que habéis sido fieles al Convenio y Testamento de Dios. Pues Él, mediante irrefutables Textos, ha establecido con todos nosotros un Convenio obligatorio, que nos exige actuar de acuerdo con sus sagradas instrucciones y consejos. (SWA 71)

En un sentido más específico, la firmeza en el convenio se refiere a la convicción interna del bahá'í individual de que la guía del centro de la Fe Bahá'í (sea esta la de 'Abdu'l-Bahá o Shoghi Effendi en el pasado o de la Casa Universal de Justicia en la actualidad) representa la voluntad de Dios: "Cualquier cosa que ellos decidan es de Dios." (WT 11) Shoghi Effendi relaciona el éxito y progreso de la Fe Bahá'í a esto:

Ni la administración, ni el trabajo general de enseñanza de la Causa (...) progresarán, ni se podrá lograr nada, a menos que los creyentes sean verdaderamente bahá'ís firmes, profunda y espiritualmente convencidos…Pero una vez que un bahá'í tiene la convicción profunda de la autoridad de Dios, investida en el Profeta, conferida al Maestro y por Él a los Guardianes, la que fluye a través de las Asambleas y crea un orden basado en la obediencia, una vez que un bahá'í tiene eso, nada lo puede hacer vacilar. (LDG2:83-4)

G. El violador del Convenio, la violación del Convenio.
En la terminología de Bahá'í, la oposición interior al centro de la Fe se conoce como "violación del Convenio " y aquéllos que hacen esto son conocidos como "violadores del Convenio" (siendo la traducción de los dos términos Naqd-i-'Ahd y Náqidín respectivamente). Esta terminología indica lo que se juzga como la trasgresión de estos adversarios internos: quienes han roto el Convenio, considerado esto como el delito espiritual más grave que una persona pueda cometer. Es, sin embargo, sólo respecto al "convenio menor" (ver el Convenio) que se usa este término (es decir el convenio hecho por la Manifestación de Dios sobre su sucesor inmediato y la cadena subsecuente de sucesión). Puede decirse que aquéllos que se niegan a aceptar la validez de la demanda de una Manifestación de Dios violadores del "convenio mayor" pero esta no es una expresión bahá'í usual.

1. Definición de la violación del Convenio.
2. Historia de la violación del Convenio.
3. Lazos entre los diferentes grupos de violadores del Convenio.
4. Una clasificación de tipos de violación del Convenio.
5. Trato con rompedores del Convenio.

1. Definición de la violación del Convenio.
Al tratar de alcanzar a una definición de la violación del Convenio, varios puntos necesitan tenerse en la mente: aquéllos que meramente oponen la Fe de Bahá'í o su cabeza (como lo han hecho muchos líderes religiosos musulmanes) no son considerados violadores del Convenio; igualmente aquéllos que dejan la Fe de Bahá'í porque ellos han perdido su fe no son considerados violadores del Convenio; y aquéllos que cometen infracciones menores de ley bahá'í pueden perder sus derechos administrativos (ver "Comunidad Bahá'í".), no son considerados violadores del Convenio. Son aquéllos que permanecen dentro de la comunidad bahá'í, dicen profesar lealtad a la causa bahá'í y aun así se oponen a la dirección autorizada de la Fe Bahá'í o activamente intentan dividir a la comunidad bahá'í proponiendo un centro alternativo de dirección los que es consideraran violadores del Convenio.

'Abdu'l-Bahá escribe: "Éstos no dudan acerca de la validez del Convenio, pero los motivos egoístas les han arrastrado a esta condición. No es que no sepan lo que hacen; ellos están perfectamente conscientes y a pesar de eso muestran oposición." (SWA 215-216). Así un factor cardinal de la violación del Convenio es considerado por 'Abdu'l-Bahá es la oposición deliberada y consciente a la voluntad divina manifestada en el Convenio.

Una mejor comprensión del punto de vista de 'Abdu'l-Bahá pueden lograrse a través de su comentario del verso bíblico: "Por esto os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado (Mateo 12:31-2). 'Abdu'l-Bahá declara que hay dos aspectos en las Manifestaciones de Dios. Hay una forma física y una personalidad que 'Abdu'l-Bahá compara con una lámpara, y el Espíritu santo que mora en su interior, que 'Abdu'l-Bahá compara con la luz. Si uno se vuelve contra una lámpara particular, este acto puede perdonarse porque sólo puede estar equivocado o ignorante de lo que esta rechazando pudiendo ser todavía conducido a la luz. (SAQ 31:127-8).

Debe notarse que según las enseñanzas bahá'ís, la violación del Convenio no es algo que se confina a la Fe Bahá'í. Es un fenómeno religioso general que ha existido en cada religión aunque, dado que el convenio menor no fue definido claramente y fue menos central en otras religiones, el fenómeno ha sido también menos claro y menos importante.

De esto parecería que una definición de la violación del Convenio sería: la oposición deliberada contra el centro autorizado de la Fe Bahá'í (o cualquier otra religión), a pesar de un conocimiento consciente y comprensión de la estación espiritual de ese centro."

Por ejemplo, esta definición explica la posición del Mírzá Yahyá Azal (q.v.), quién nunca fue un seguidor de Bahá'u'lláh, pero a quién se considera un violador del Convenio. De modo semejante, algunos apóstatas que han atacado la Fe Bahá'í son mencionados en términos semejantes a aquellos empleados para referirse a los violadores del Convenio.
La pregunta de quién tiene un "conocimiento consciente y entendiendo" inevitablemente debe implicar un grado de juicio; ésta puede ser la razón por que la decisión de declarar a alguien un violador del Convenio sólo puede tomarse por el centro de la Fe Bahá'í y nunca puede delegarse.

2. Historia de la violación del Convenio.
Uno de los rasgos más interesantes de la historia bábí y bahá'í es la manera en que el fenómeno de la oposición desde dentro las líneas de los creyentes a la cabeza establecida de la religión se han repetido en cada generación desde la fundación de la religión y por encima de cien años.

a. El Báb (1844-1850): Los antecedentes inmediatos de la religión de Bahá'u'lláh se fijan en el movimiento bábí. Probablemente debido a la intensa oposición externa, parece haber habido muy poca oposición interna al Báb en la propia vida del Báb.

Algunas pocas personas, como el Mullá Javád Baraghání, Mullá 'Abdu'l - 'Alí Hirátí, y el Mírzá Ibráhím Shírází se volvieron seguidores del Báb y después de apartarse y empezaron a atacar al Báb, para eventualmente unirse a Hájí Mírzá el Karím Khán Kirmání (q.v.), el líder shaykhí que se opuso vehementemente al Báb. Según Nabíl, estas tres personas fueron comparadas en la escritura del Báb con Sámirí que, según la tradición islámica, produjo el becerro para que los israelitas lo adorasen, y con Jibt y Tághút (el 162)- el lenguaje muy similar al que más tarde usaron Bahá'u'lláh y ' Abdu'l-Bahá para referirse a los violadores del Convenio (Cerda 1922, 13:20-22).

b. Después del Martirio del Báb y durante la vida de Bahá'u'lláh (1852-92):
La mayoría de las fuentes, sean bahá'ís o no, concuerdan con que alguna forma de dirección o sucesión fue conferida a Mírzá Yahyá Azal (q.v.) por el Báb (TN 62-3; GPB 163). La sucesión no era, sin embargo, clara, ni indiscutible. Varias personas hicieron diversas demandas de liderazgo, y hubo mucho cisma y disputa. 'Abdu'l-Bahá declaro que hasta veinticinco personas hicieron demandas de dirección de la comunidad (GPB 125). Ninguno de éstos salvo Azal, sin embargo, se considera como un violador del Convenio porque todos ellos hicieron sus demandas en un momento cuando no había autoridad clara en la religión. Muchos de ellos se volvieron los seguidores de Bahá'u'lláh una vez él adelanto su demanda. Sólo Azal se opuso y trabajó para minar la posición de Bahá'u'lláh. Las estimaciones datan el número de azalís que permanece en Irán en no más de 5,000. Ellos no tienen una organización. (ver "Azal, Azalís").

Es interesante que las propias acciones de Bahá'u'lláh con respecto a Azal colocaron el patrón de relaciones con aquellos designados como violadores del Convenio. Una vez que estaba claro que ninguna conciliación era posible con Mírzá Yahyá, Bahá'u'lláh dio instrucciones de que debía dividirse todo el mobiliario y otros efectos en la casa y que la mitad se entregase a Azal. Después de esto él desunió todas las conexiones con su hermanastro. Él además, se retiró de la compañía de los demás bábís en Edirne durante dos meses, diciéndoles que decidieran si ellos pensaban seguirlo o permanecer con Azal (GPB 167).

c. Durante el período del liderazgo de 'Abdu'l-Bahá:
En el Libro del Convenio (q.v.), Bahá'u'lláh designo a 'Abdu'l-Bahá como su sucesor y el intérprete de sus escrituras asignando una posición subordinada a Mírzá Muhammad 'Alí (q.v.), el medio-hermano de 'Abdu'l-Bahá (TB 15:221-2). Todavía, por un tiempo breve después del la muerte de Bahá'u'lláh, Mírzá Muhammad 'Alí, a instigación de su primo Majdu'd-Dín (el hijo del Mírzá Músá Kalím, q.v.), desafió la dirección de 'Abdu'l-Bahá. Su principal argumento era que 'Abdu'l-Bahá había desbordado su autoridad y que estaba exigiendo ser una nueva Manifestación de Dios, un rango que 'Abdu'l-Bahá negó explícita y enfáticamente. Mírzá Muhammad 'Alí se autodenomino a sí mismo y a sus partidarios como Muwahhidún (los Unitarios, Browne 77-82, 155).

El desafío de Mírzá Muhammad 'Alí era al principio muy serio. Él obtuvo el control de la Mansión de Bahjí (q.v.) y había ganado la adhesión de casi toda la familia de Bahá'u'lláh (las excepciones eran Bahiyyih Khánum y la familia inmediata de 'Abdu'l-Bahá), algunos de la familia del Báb (los Afnán, q.v.), así como muchos del bahá'ís del área de Haifa-Akka y algunas figuras principales en Irán. Gradualmente, sin embargo, la marea se volvió contra Mírzá Muhammad 'Alí. 'Abdu'l-Bahá se mostró al principio renuente a exponer la división, pero cuando Mírzá Muhammad 'Alí mismo afirmo abiertamente su demanda abiertamente en 1896, 'Abdu'l-Bahá anunció que Mírzá Muhammad 'Alí y sus partidarios debían ser considerados como violadores del Convenio. Los individuos como Ibn-i-Abhar (q.v.) viajaron a las diferentes comunidades para refutar las pretensiones de Mírzá Muhammad 'Alí.

Hubo otro éxito breve para Mírzá Muhammad 'Alí cuando, en alrededor de 1899, él tuvo éxito reclutando para sus filas a Ibrahim Kheiralla (q.v.), quién había sido principal responsable de la propagación de la Fe Bahá'í en los Estados Unidos de América. La mayoría de los bahá'ís americanos permanecieron fiel a 'Abdu'l-Bahá, sin embargo, esta fue por breve tiempo una situación ventajosa para Mírzá Muhammad 'Alí, que después entro en un marcado declive.

Durante el tiempo de los viajes de Abdu'l-Bahá al Oeste, la amenaza de Mírzá Muhammad 'Alí y sus partidarios se habían marchitado en la insignificancia en Irán y América. En 1929 fueron forzados a abandonar la Mansión de Bahjí ya que habían permitido que esta se deteriorase hasta tal punto que ya no se hacia habitable (PP 231). Todavía ellos permanecieron en los edificios circundantes a Bahjí hasta 1957 (PP 233-4, MBW 120-21). Un reciente estudio sociológico de los remanentes de este grupo informa que ellos son ahora exteriormente indistinguibles de los musulmanes y los rotula como una "comunidad religiosa residual", un grupo remanente osificado o fosilizado. (Cohen 121, 132-3, 140).

El método de Abdu'l-Bahá para tratar con la rebelión de Mírzá Muhammad 'Alí y otros episodios que se volvió el tratamiento estándar para este problema consto de tres etapas. Primero, 'Abdu'l-Bahá se abstendrían de hacer cualquier declaración pública mientras él se comunicara personalmente con el individuo o a través de los intermediarios para intentar lograr una conciliación. Segundo, una vez que se hacia evidente que esto no era posible y que había la posibilidad de daño para la comunidad, él escribió cartas publicas e individuales a los bahá'ís explicando la situación, identificando a las personas involucradas, e instruyendo a los bahá'ís para que cortaran todo vinculo con estas personas. Tercero, 'Abdu'l-Bahá enviaba a emisarios especiales a las áreas más afectadas por el problema. La función de estos enviados era explicar el asunto a los bahá'ís e insistir en que ellos cortaran todo contacto con los violadores del Convenio. A menudo estas personas tenían la autorización de Abdu'l-Bahá para establecer contacto con los violadores del Convenio a fin de intentar persuadirlos de volver al redil. En Irán, los tales enviados eran principalmente las cuatro personas que habían sido nombradas por Bahá'u'lláh como Manos de la Causa (q.v.).

Otro episodio resaltante de violación del Convenio durante el período de la dirección de 'Abdu'l-Bahá fue de un tipo diferente que consistió en la desobediencia directa a las instrucciones de Abdu'l-Bahá en lugar de un esfuerzo por proponer un centro alternativo de dirección. El Dr. Amínu'lláh Faríd (Ameen U. Fareed) fue el sobrino de la esposa de Abdu'l-Bahá, Munírih Khánum (vea a la "Familia Nahrí"). Él fue educado en América y era uno de los traductores de 'Abdu'l-Bahá durante sus últimos viajes al Occidente. Él se deshonró a si mismo, sin embargo, importunando por dinero a algunos del bahá'ís americanos acaudalados. 'Abdu'l-Bahá insistió por consiguiente en su retorno a Haifa cuando él volvió allí. Faríd no estaba contento en Haifa y cuando, contrariando las instrucciones de Abdu'l-Bahá, él viajo a América, 'Abdu'l-Bahá lo expulso de la Fe Bahá'í. Faríd fue seguido por la mayor parte de su familia inmediata y causó que algunos bahá'ís británicos dejaran la Fe Bahá'í, pero además de estos muy pocos fueron afectados. (SoW 1914, 5:237).

d. Episodios durante el período de la dirección de Shoghi Effendi:
La muerte de 'Abdu'l-Bahá causó que los seguidores de Mírzá Muhammad 'Alí brevemente reavivaran sus actividades. Ellos se apoderaron de las llaves del santuario Bahá'u'lláh viéndose forzado Shoghi Effendi forzado a pedir la intervención de las autoridades para que estas fueran devueltas. Hubo varios otros episodios resaltantes de "violación del Convenio" durante este período. Esto episodios pueden ser esbozados así:

i. Ruth White. La prioridad de Shoghi Effendi después de asumir la función de Guardián fue establecer la administración bahá'í. Cuando él impulso hacia esta meta, él enfrentó la oposición de algún bahá'ís que estaba contra la organización de la Fe Bahá'í. El primero fue Ruth White en 1926-29. Ella basó su oposición en un informe de algunos palabras de Abdu'l-Bahá que insinuaban que la Fe Bahá'í no podía organizarse porque es el "Espíritu de la Edad" (Cerda 1914, 5:67), y el informe de un experto de escritura británico que afirmo que la Voluntad y Testamento que fue escrito por la mano de 'Abdu'l-Bahá y el cual la autoridad de Shoghi Effendi se basaba, era una falsificación. El informe se baso en fotos y sólo era provisional quedando pendiente una inspección más íntima del original. Las dudas sobre la autenticidad de la Voluntad y Testamento, sin embargo, fueron refutadas por personas, como las secretarios y el circulo más estrecho de 'Abdu'l-Bahá que estaba en mejor posición de juzgar caligrafía y estilo; incluso Ahmad Sohrab quien después de que haberse apartado (vea debajo) defendió la validez del Testamento. Las aserciones de Ruth White tuvieron un impacto pequeño en la comunidad bahá'í americana. Sólo en Alemania suscitaron alguna respuesta cuando Wilhelm Herrigel, uno de los primeros bahá'ís, le siguió en sus demandas (Lerche).

ii. Ahmad Sohrab (1893-1958). En 1929 Ahmad Sohrab quien había sido el secretario y traductor de 'Abdu'l-Bahá, y la señora Julie (Lewis Stuyvesant) Chanler propuso la 'Sociedad de la Nueva Historia' en Nueva York como una forma indirecta de propagar las enseñanzas de la Fe Bahá'í. Ahmad Sohrab se rehusó, sin embargo, a permitir que la Asamblea Espiritual de New York intervenir desde cualquier punto de vista en la forma en que la 'Sociedad de la Nueva Historia' promovía la Fe Bahá'í. Esto llevó a una confrontación con la Asamblea Espiritual Nacional y a la expulsión de Sohrab y Chanler de la comunidad bahá'í.

La Sociedad de la Nueva Historia dio lugar en 1930 a la 'Caravana del Oriente hacia el Occidente', diseñado para preparar a los niños y a juventud para unirse a la 'Sociedad de la Nueva Historia'. 'La Caravana' creció más que su organismo de origen y al margen de todos los eslabones religiosos restantes desprendidos de la Fe Bahá'í. Existió durante un tiempo como un club de amigos de correspondencia mundial con ideales sociales. La 'Sociedad de la Nueva Historia' dejo de existir y 'la Caravana' subsiste en un nivel bajo de actividad local en New York bajo el nombre de 'Casa de la Caravana'.

iii. Fá'iq (Faeg). Después de la muerte del Mírzá Abu'l-Fadl Gulpaygání (q.v), algunos de sus alumnos prepararon en El Cairo, con la aprobación de 'Abdu'l-Bahá, una sociedad que ellos llamaron "al-Jam'íyah al-'Ilmiyyah al-Adabiyyah" (La Sociedad Científica y Literaria). Después de algunos años, esta sociedad bajo la dirección de un bahá'í de origen armenio, Fá'iq, entró en conflicto con las instituciones administrativas bahá'ís en Egipto, y Fá'iq fue expulsado de la comunidad bahá'í. Unos cuantos bahá'ís egipcios lo siguieron y él también logro convertir algunos otros, pero muchos de éstos regresaron eventualmente a la comunidad bahá'í (GPB 327, RM 2:210-213).

iv. La familia de 'Abdu'l-Bahá. El rompimiento de Mírzá Muhammad 'Alí con 'Abdu'l-Bahá resultó en la expulsión de la Fe Bahá'í de la mayor parte de los descendientes de Bahá'u'lláh. Estos fueron todos los descendientes de Bahá'u'lláh de su segundo y tercer matrimonio e incluyó a la hija del tercer matrimonio Furúghiyyih y a su marido Siyyid 'Alí Afnán. Los hijos de este matrimonio, sin embargo, no compartieron la expulsión de padres, y a principios de 1920 Siyyid 'Alí Afnán mismo se volvió hacia Shoghi Effendi y fue aceptado de nuevo en la comunidad bahá'í. Todo permaneció inactivo hasta bien entrada la década de 1930 cuando el caso de la casa de Bahá'u'lláh (q.v.) en Iráq tuvo lugar. Shoghi Effendi le pidió a Husayn Afnán (d. 1952), el hijo de Sayyid 'Alí, renunciar a un alto cago que él ejercía en el gobierno Iraquí a fin de que este no se hallase en posición de tener que endosar las acciones de ese gobierno en el caso. Husayn se negó y fue expulsado; uno por uno sus hermanos Faydí, Hasan, y Nayyir (Nayyir - 'Alí, d. 1952) también fueron expulsados.

Los eventos procedieron entonces rápidamente. Una serie de matrimonios, preparados, según Shoghi Effendi (MB), por Nayyir, ocurrieron, uniendo a los nietos de 'Abdu'l-Bahá con los hijos expulsados de Siyyid 'Alí Afnán. Rúhangíz, la hermana mayor de Shoghi Effendi, se casó con el propio Nayyir; Thurayyá, la prima de Shoghi Effendi, se caso con Faydí; y Mihrangíz, la hermana más joven de Shoghi Effendi, se caso con Hasan. Después, una hija de Nayyir se casó a Hasan Shahíd, el primo de Shoghi Effendi. Esta serie de matrimonios desestabilizaron a la familia de 'Abdu'l-Bahá. Siendo que los miembros restantes de la familia se negaron a cortar sus vínculos con los miembros expulsados, ellos también fueron expulsados. El matrimonio de uno de los hermanos de Shoghi Effendi, Husayn, en 1949 contra los deseos de Shoghi Effendi, y los vínculos de otro hermano, Riyád, con Majdu'd-Dín completaron, en 1951, el proceso con que la totalidad de los descendientes restantes de 'Abdu'l-Bahá excepto el propio Shoghi Effendi fueron expulsados (UD149, CF87, MBW16, 24-4, 48). La familia de 'Abdu'l-Bahá ha permanecido fuera de la Fe Bahá'í siguiendo sus propios asuntos.

v. Apóstatas. Aunque la mayoría de los individuos que dejan la comunidad bahá'í debido a la pérdida de su creencia no son considerados en absoluto diferentemente de aquéllos que nunca han sido bahá'ís, ha habido un número pequeño de personas que dejaron la comunidad y entonces empezaron a atacarla malévola y vehementemente a quienes Shoghi Effendi se refirió a en términos idénticos a aquéllos que él usó para referirse a los demás violadores del Convenio. En años inmediatamente posteriores a la muerte de 'Abdu'l-Bahá, uno del bahá'ís iraníes prominentes, Mírzá 'Abdu'l-Husayn Taftí, conocido como Ávárih (1290/1873-1953), se esforzó por conseguir una posición de liderazgo en la comunidad bahá'í. Cuando él no obtuvo éxito en esto, se retiró de la Fe Bahá'í y empezó a atacarla públicamente. Él publicó un libro llamado Kashfu'l-Hiyal (Destapando el Engaño) en tres volúmenes. Bajo el nombre Áyatí, él llegó a convertirse en una figura literaria bastante conocida, editando la revista Namakdán.

Dos personas que fueron muy influenciadas por Ávárih y que eventualmente se unieron a él apostatando de la Fe Bahá'í y atacándola públicamente fueron Faydu'lláh Subhí quien había servido como secretario de Abdu'l-Bahá durante varios años, y Hasan Níkú que había visitado India como un maestro bahá'í y también había ido a Haifa en 1923. Este último publicó un trabajo de tres volúmenes (Falsafiy-i-Níkú) atacando la Fe Bahá'í.

e. Después de Shoghi Effendi (1957- ) El episodio divisivo más importante después de la muerte de Shoghi Effendi fue la demanda por una de las Manos de la Causa, Charles Mason Remey (q.v.), de ser el segundo Guardián. Aunque él había firmado en 1957 la declaración de las Manos de la Causa que Shoghi Effendi no había dejado a ningún Testamento y ningún sucesor, Remey adelantó una demanda de ser el segundo Guardián, en abril de 1960. Él basó su demanda en el hecho que el Guardián fue designado, según la Voluntad y Testamento de 'Abdu'l-Bahá, como la cabeza de la Casa Universal de Justicia, y que Remey fue designado por Shoghi Effendi como Presidente del Concilio de Bahá'í Internacional (q.v.), el cuerpo que era el precursor de la Casa Universal de Justicia. Esta demanda fue rechazada por la mayoría del mundo bahá'í ya que la misma Voluntad Testamento también señalaba que todos los Guardianes tendrían que ser descendientes de Bahá'u'lláh. Remey tuvo éxito enrolando algunos partidarios, principalmente en los Estados Unidos, Francia, y Pakistán, pero la mayoría de los bahá'ís permanecieron fieles las Manos de la Causa que expulsaron a Remey como un violador del Convenio.

Los seguidores de Remey han disminuido en importancia durante los últimos años, sobre todo cuando ellos fragmentaron en facciones contendientes. Una facción estuvo bajo el liderazgo de Donald Harvey quien fue designado por Remey como el "Tercer Guardián". Después de su muerte en 1991 la dirección de este grupo pasó a Jacques Soghomonian, un residente de Marsella. Otro grupo es dirigido por Joël Marangella quien declaró que Remey lo había fijado originalmente como "Tercer Guardián" pero que después de volvió senil y entonces nombró a Harvey. Este grupo se autodenomina la "Fe Bahá'í Ortodoxa" y esta establecido en Roswell, Nuevo México. Ellos se calculan en no más de cien (el Tribuno de Chicago, 10 el 1988 de junio, sección 1, pág. 9). Otra facción rechazó a todos las demandantes a la Guardianía después de Shoghi Effendi incluso a Remey, aunque exigieron que Rex King fue el regente antes de la emergencia del segundo Guardián (este grupo se llama "Fe Bahá'í Ortodoxa bajo la Regencia"). King murió en 1977 y designó a cuatro miembros de su familia en un concilio de regentes. Por último, Leland Jensen (cuyo grupo de partidarios se llama "Bahá'ís bajo las provisiones del Convenio") logró una breve notoriedad pública cuando él exigió que el mundo experimentaría una catástrofe nuclear en 1980 (el Balch et al.). Los pequeños grupos de remeynistas se hallan confinados a algunos estados en los Estados Unidos. En los Estados Unidos, también existió la 'Remey Society' fundada por Francis Spataro para apoyar a Harvey, pero esta parece haberse desarticulado ahora.

Alrededor de 1964 un iraní llamado Jamshid Ma'ání demandó ser una tercera Manifestación de Dios después de que el Báb y Bahá'u'lláh. Él produjo escrituras que él exigió que eran revelación divina y se autonombró "El Hombre" y "Samá'u'lláh" y organizó a sus partidarios en las llamadas Casas de Humanidad". Él tuvo algunos seguidores en Pakistán, pero su principal partidario estaba en los Estados Unidos, John Carre, establecido en Mariposa, California, aunque después lo rechazó. Otro Iraní, Jamshid Meghnot, también hizo la demanda de ser un profeta pero se al parecer no tuvo seguidores.

Ha habido varios episodios de oposición a la administración de Bahá'í. En Alemania, Hermann Zimmer resucitó las demandas de Ruth White en un pequeño libro publicado en 1971 (la traducción inglesa en 1973), "Un Testamento Fraudulento y la Devaluación de la Religión Bahá'í en la Política del Shoghismo". En Suiza, Francesco Ficicchia escribió un ataque voluminoso apuntado principalmente a la administración bahá'í, Der Bah'ismus Weltreligion der Zunkunft? (Evangelische Zentralstelle für Weltanschauungsfragen, Quell Verlag, Stuttgart, 1981) Los dos trabajos fueron financiados y distribuidos por las organizaciones protestantes evangélicas en Alemania. Charles Seeburger estableció un grupo similar en Philadelphia alrededor de 1967. Hubo planes para formar una 'Asociación de Bahá'ís Libres' (o la 'Unión Mundial de la Religión Universal y Paz Universal') pero no se tiene la seguridad de que esto se haya concretado en algún momento.

3. Lazos entre los diferentes grupos de violadores del Convenio.
Uno de los rasgos notables del fenómeno de la violación del Convenio ha sido hasta que punto las tres generaciones de violadores del Convenio han estado en contacto entre sí. Por tres generaciones se quiere decir:

Primera generación: Los seguidores de Azal en su oposición a Bahá'u'lláh.
Segunda generación: Los seguidores de Mírzá Muhammad 'Alí en su oposición a 'Abdu'l-Bahá.
Tercera generación: Los antagonistas de Shoghi Effendi, tanto la familia de 'Abdu'l-Bahá y los otros, como Ahmad Sohrab quienes se opusieron a la administración bahá'í.

En teoría, la segunda generación que aceptó a Bahá'u'lláh, no deberían haber tenido nada que hacer con los primeros seguidores de la generación de Azal, el enemigo de Bahá'u'lláh. De modo semejante, la tercera generación, quienes se consideraban fieles seguidores de 'Abdu'l-Bahá, no deberían haber tenido trato con la segunda generación de los vehementes antagonistas de 'Abdu'l-Bahá; menos aun apoyar a la primera generación. Pero de hecho hubo vínculos fuertes entre estas generaciones.

Los varios matrimonios concertados entre los nietos de 'Abdu'l-Bahá y los hijos de Sayyid 'Alí Afnán establecieron lazos entre la segunda y tercera generación. Jalál Azal que era un nieto de Mírzá Yahyá Azal y quien se volvió en un tenaz defensor de la posición de azalí, puede considerarse como representante de la primera generación. Él se casó con 'Ismat, la hija de Badí'u'lláh, representante de la segunda generación. Estos dos, junto con la hermana de 'Ismat, Qamar, hicieron un esfuerzo convenido por unir todas las tres generaciones de violadores del Convenio. Peter Berger informó que en 1953 Qamar está "ahora intentando unir a todos los bahá'ís disidentes, ya sean de trasfondo abbasita o "unitario", en contra de Shoghi" (Berger 140, n. 4). Riyád, el hermano de Shoghi Effendi, estaba en contacto con Majdu'd-Dín y otros de la segunda generación y visitó a Jalál Azal en Chipre en cuatro ocasiones. Yvonne, una hija de 'Izzu'd-Din Wudúd, así como Mírzá Jalál, el nieto del Mírzá Músá Kalím, ambos antagonistas de la segunda generación, colaboraron con Ahmad Sohrab, en la 'Sociedad de la Nueva Historia', y la 'Caravana del Oriente hacia Occidente", adversarios de la tercera generación". (MBW 16, las Notas de Azal, ven las cartas fecharon 21 Jun. 1968, 7 el 1969 de ene.)

4. Una clasificación de los tipos de rompimiento del Convenio.
Del estudio histórico, parecería que hay cuatro tipos principales de rompimiento del Convenio:

a. Desafío al Liderazgo. Éstas son personas que disputan la autoridad y legitimidad de la cabeza de la religión y adelantan demandas para ellos o para otro. Ejemplos principales de éstos son Azal, Mírzá Muhammad 'Alí, y Remey.

b. Disidencia. Aquéllos que discrepan con las políticas y acciones de la cabeza de la religión, sin embargo, no adelantan una demanda alternativa para la dirección. Este grupo consiste principalmente en antagonistas de la administración Bahá'í como Ruth White, Ahmad Sohrab, y Hermann Zimmer.

c. Desobediencia. Aquellos que desobedecieron una instrucción directa de la cabeza de la religión.A menudo la instrucción era dejar de asociarse con un rompedor del Convenio. Ejemplos de este tipo incluyen la mayoría de los descendientes de 'Abdu'l-Bahá durante el tiempo de Shoghi Effendi.

d. Apóstatas. Quienes malévolamente atacan la Fe Bahá'í. Ejemplos incluyen Ávárih y Níkú.

5. Trato con rompedores del Convenio.
Ambos, 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi fueron bastante enfáticos acerca de la actitud que debe ser tomada por los Bahá'ís hacia los rompedores del Convenio: "... uno de los principios fundamentales y de mayor importancia de la Causa de Dios es rehuir y evitar completamente a los violadores del Convenio, porque ellos destruirían totalmente la Causa de Dios, exterminarían Su Ley y anularían todos los esfuerzos hechos en el pasado" (WT 20). Los rompedores del Convenio fueron descritos como personas que tenían una enfermedad espiritual infecciosa y era por consiguiente necesario evitar todo el contacto con ellos.(SoW 1921, 12:233) Esta cuarentena espiritual sólo podría ser rota por la cabeza de la Fe o por sus instrucciones.

Es interesante el que se haya dado una aplicación gradual de las sanciones contra los violadores del Convenio y aquéllos que continuaban asociándose con ellos. Muchos de los escritos de Bahá'u'lláh contienen pasajes que instruyen a los bahá'ís a evitar el contacto con los violadores del Convenio (vea pasajes citados por 'Abdu'l-Bahá en SoW 13:19-25). A pesar de esto, Bahá'u'lláh parece haber hecho sólo un esfuerzo pequeño por implementar esta enseñanza. Durante el todo el ministerio de Bahá'u'lláh, parece haber habido varios contactos entre bahá'ís y azalís. En los primeros años después de que Bahá'u'lláh adelantara sus demandas, hubo una serie de discusiones abiertas entre los dos grupos en varios pueblos, cada uno intentando prevalecer sobre el otro. Se sabe que tales reuniones se dieron en Bagdad, Tabriz, Qazvin, Shiraz, e Isfahan. Hay cierta evidencia de que las reuniones fueron sostenidas y circularon cartas en ambos sentidos entre los dos grupos hasta una fecha relativamente tarde.

Fue 'Abdu'l-Bahá quien llamó la atención de los bahá'ís sobre el tema del Convenio e introdujo el concepto de la violación del Convenio. Él expresó muy fuertemente su deseo de que los bahá'ís debían romper todo contacto con los violadores del Convenio y envió emisarios para que animaran a los bahá'ís a seguir esta medida. Él raramente, sin embargo, impuso cualquier sanción sobre aquéllos que mantuvieron dichos contactos.

El cambio principal que Shoghi Effendi introdujo en el método de tratar con los rompedores del Convenio fue poner en vigor la política que quienquiera mantenga vínculos con los rompedores del Convenio, él o ella se volvía un rompedor del Convenio. También fue Shoghi Effendi quien estableció las formas institucionales para tratar con el rompimiento del Convenio cuando él designó ésta como una de las responsabilidades de las Manos de la Causa junto con las Asambleas Espirituales Nacionales, aunque la última decisión siempre quedaba con él (MBW 122-3).

En la actualidad las instituciones de la Fe Bahá'í son las principales responsables de tratar con cualquier episodio de violación del Convenio que se suscite, en particular las Manos de la Causa, el Cuerpo Continental de Consejeros (q.v.), y sus Miembros Auxiliares. Los individuos bahá'ís no puede tomar ninguna acción aparte de informar sobre cualquier preocupación que ellos pudieran tener a estas instituciones. Éstos investigan el asunto pero la última decisión queda en la Casa Universal de Justicia.

H. Resumen.
El concepto del convenio en la Fe Bahá'í puede ser clasificado en dos. El convenio mayor que implica el reconocimiento de la Manifestación de Dios y la obediencia a sus leyes y enseñanzas: "... según los textos irrefutables, Él [Bahá'u'lláh] ha tomado de nosotros un convenio firme que nosotros podemos vivir y podemos actuar en el acuerdo con las exhortaciones divinas, órdenes y enseñanzas señoriales". (TAB 1:42) Este convenio mayor también se relaciona con la promesa de una próxima Manifestación de Dios: "Bahá'u'lláh hizo un convenio acerca de uno prometido que se pondrá de manifiesto después de mil o miles de años." (BWF 358) El segundo convenio o convenio menor se relaciona primero a la sucesión en la autoridad dentro de la comunidad bahá'í con Abdu'l-Bahá y después con Shoghi Effendi y la Casa Universal de Justicia. "Él [Bahá'u'lláh] asimismo, con Su Pluma Suprema, entró en un gran Convenio y Testamento con todo los bahá'ís por medio del cual se ordeno que todos ellos siguieran al Centro del Convenio después de Su partida…" (BWF 358) a 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi, se les dio, bajo las provisiones de este Convenio, la autoridad para dar interpretación autoritativa de la escritura bahá'í; a la Casa Universal de Justicia se le dio la autoridad para legislar en cualquier área que no esté cubierta por las escrituras bahá'ís.

Puesto que el objetivo eventual de la Fe Bahá'í es unir al mundo, está claro que esto no podría lograrse si la propia Fe Bahá'í estuviese dividida. Una de las demandas más llamativas hechas por la Fe Bahá'í es que la religión está divinamente protegida del cisma (PUP 455-6, WOB 145). Claramente esta declaración no significa que es imposible establecer un grupo que rechace la autoridad de la cabeza de la religión, dado que eso ha pasado en numerosas ocasiones. Lo que parece significar es que, aunque es posible para algunos formar un grupo independiente y llamarse ellos mismos Bahá'ís, dicho grupo es como una rama que ha sido cortado de un árbol--aunque puede parecer viva y verde, eventualmente, debido a que está cortada de su fuente de vida, se marchitará y morirá.

El mecanismo principal para esta protección del cisma se declara que es, primero, el hecho que el Convenio hecho por Bahá'u'lláh y sus sucesores está claro y por escrito; y segundo, a través de los métodos establecidos para tratar con rompedores del Convenio.

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Véase también: "Convenio, Libro del"; "Voluntad y Testamento de 'Abdu'l-Bahá"; "Azal, Azalís"; "Muhammad 'Alí, Mírzá"; "Kheiralla, Ibrahim", "Remey, Charles M."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Indagando páginas me di con ésta...
serà cierto que hay una bùsqueda eterna de la verdad???...justamente las manifestaciones de Dios para cada època traen las luces sobre una diversidad de temas y es a esa verdad a la que nos aferramos..y para esta època lo es LA FE BAHAI ...cuando leo los comentarios que se hacen simplemente confirmo lo ilimitada de nuestra visiòn y ni siquiera pueda imaginar la gran paciencia que tuvieron las figuras centrales de la Fe en su època...
pero como sea bienvenidos!! a esta época en que se puede decir lo que se desee...aunque tal vez ya sea momento de dejar de teorizar tanto e ir a la praxis con nuestras propias vidas...hemos generado un cambio?? somo parte del cambio?? respondemos a lo que nos piden Bahaullah?? podemos demostrar la efectividad de las enseñanzas???...son preguntas que tambièn me las hago y de sòlo pensarlas y tratarlas de poner en pràctica me quitan el aliento para hablar hablar.... ojalà los jòvenes bahais de esta èpocoa puedan ser signo de transformaciòn palpable.que gran responsabilidad!!!

Husayn Villar dijo...

querid@ anónim@, me permito aconsejarte que, pra que no andes decepcionándote con nuestras deficiencias de visión, no andes indagando páginas. :D
El Guardián dijo que la Fe de Bahá'u'lláh "impone a sus seguidores el deber primordial de buscar sin trabas la verdad". así que si crees que la búsqueda se acabo estás en un serio error. Ese es un principio para los bahá'ís, LOS BAHÁ'ÍS!!, no es para que nosotros le digamos a los no-bahá'ís que lo sigan ellos. ¿que sentido tendría tal principio?
Con respecto a actuar, pues sí que es de gran importancia, pero de tener que elegir entre Teoría y Praxis es algo que creo que se lo dejo a criaturas inferiores al rango del ser humano, y tu también deberías hacerlo, porque no somos los seres humanos tan incapaces como para dejar de pensar, para tener que actuar.
Creo que tienes que leer un poco más sobre lo que El Maestro y el Guardián escribieron sobre la erudición y la adquisición de conocimientos. Según el Guardián, la Causa necesita una erudición bahá'í, y si seguimos tu consejo no lograremos cumplir con esta expectativa de Shoghi Effendi. También podraás encontrar que él quería que los bahá'ís sepan más, no que sepan menos!
Sobre lo que has encontrado en este blog, y te parece, creo, decepcionante, pues Bahá'u'lláh alentó a los creyentes de Su época a escribir, y de hecho sabía que cometerían errores. Y también poseemos una polìtica de revisión!!! lo que significa que ha habido una comprensión total desde tiempos de Bahá'u'lláh de que escribir es una actividad lícita.
Curiosamente, me parece que Bahá'u'lláh, El Maestro y el Guardián tenían una visión marcadamente distinta de la que expones aquí. Pero como tú mism@ dices: pero como sea bienvenidos!! a esta época en que se puede decir lo que se desee

gabi dijo...

"Uno nunca debe considerar su propia debilidad; es la fuerza del Sagrado Espíritu del Amor la que proporciona el poder de enseñar. El recuerdo de nuestra propia debilidad sólo podrá traernos desesperación. Debemos mirar más allá de los pensamientos terrenales, librarnos de todas las ideas materialistas y buscar las cosas del espíritu; fijemos nuestros ojos en la eterna y bondadosa Misericordia del Todopoderoso, Quien llenará nuestras almas con la alegría del servicio gozoso a su mandamiento: "Amaos los unos a los otros".

Saludos de una amiga bahá'í desde Centroamérica!