enero 01, 2006

MELITÓN SAAVEDRA

(Escrito por Athos Costas, Diciembre de 1997, Bolivia)

Melitón Saavedra nació en Tapalilla, Provincia Oropeza, en el Departamento de Chuquisaca, el año 1913. Su idioma materno fue el Quechua y recién aprendió un poco del idioma Español cuando ya joven fue reclutado como soldado para la guerra del Chaco (1932 - 35). Melitón fue prisionero de guerra durante dos años en Paraguay él y otros indígenas sufrieron intensamente durante ese periodo cuando fueron usados en trabajo forzado a ración de pan y agua. Melitón relata que si no hubiera sido por su fe y por la ayuda de Dios seguramente habría muerto como prisionero. Entonces se preguntó muchas veces - ¿Porqué tenía que sufrir y aun morir por una tierra que ya no le pertenecía? Melitón fue liberado y regresó a Sucre, Bolivia.

Fue por ese entonces que Melitón fue escogido por Toribio Miranda, quien era un indígena sabio y guía espiritual de un grupo bastante grande, como uno de los "Alcaldes Mayores Particulares", con la misión de guiar localmente al pueblo indígena hacia el camino de su liberación y justicia. Ellos subían a la cima de los cerros, mataban un gallo o un cordero como sacrificio y rogaban a Dios (Janjpacha Tatanchej), es decir rogaban al Padre Celestial, y también rogaban al Padre Sol, y a la Madre Tierra (la Pachamama), que los proteja y, bendiga en su camino. Este movimiento espiritual de profundo contenido religioso abarcó cinco de los nueve Departamentos de Bolivia, y congregó muchos miles de indígenas. Ellos decían que caminaban con el espíritu, usando una palabra Quechua que también puede significar volar. Sus enemigos usaron este doble sentido para acusarlos de volar como espíritus endemoniados. Las autoridades campesinas y en la capital del Departamento no los entendieron, los persiguieron y maltrataron; de está época de búsqueda los amigos todavía recuerdan los nombres de un número de mártires.

Ellos recordaban vivamente su antigua cultura, y también recordaban sus antiguas promesas y profecías. No robar (ama sua), no mentir (ama llulla), y no ser flojo en el trabajo (ama quella), continuaban siendo los principios que inspiraban su conducta. Ellos todavía creían en las profecías de Wiracocha que los indígenas recordaban a la llegada de los Españoles decía que un mensajero vendría a través del mar para instruirlos y protegerlos. Este grupo de indígenas, de los cuales ingresaron cerca de 2,000 a la Fe, se distinguió por su confianza en Dios y por su conducta pacífica; ellos nunca usaron armas para la defensa de sus ideas o para la defensa de su vida.

Melitón quería encontrar a esos hermanos de otras naciones e ingresó a un grupo evangelista; después de un corto tiempo fue criticado por sus ideas y marginado. Una noche soñó que había muchos indígenas que llevaban sus cabellos en trenzas de colores amarillos, negro, y blanco; - y escucho una voz que le decía - no te aflijas, porque te voy a enviar una religión de unidad. Así, cuando Melitón escucho el mensaje de Bahá’u’lláh sobre la unidad de todas las razas como una familia y sobre el plan de paz y justicia para todas las naciones, Melitón entendió que su sueño se había cumplido. Después de tres días de información y consulta él ingreso a la Fe el mes de julio de 1960.

Enseguida después de su ingreso Melitón se levantó a enseñar la Fe de Bahá'u'lláh por las montañas y valles de Chuquisaca, mayormente a pie, solo y también en compañía de algún pionero. Melitón y su esposa Ricarda, por muchos años miembro del Cuerpo Auxiliar, abrieron su casa en Sucre; su casa se convirtió en un verdadero Centro de enseñanza durante 28 años. En el año 1962 la central sindical indígena acusó a Melitón de confundir y desviar a los indígenas en varías Provincias con su enseñanza Bahá'í, así que lo encarcelaron en sucre durante 3 días, nuevamente a ración de pan y agua; Melitón fue castigado a patadas y golpes de puño; sufrió y se lamentó de este castigo injusto pero su espíritu no decayó. Después de varios meses de descanso Melitón siguió recibiendo a los amigos en su casa, los amigos indígenas que llegaban a su casa de día se ocupaban de sus trámites personales pero de noche la casa de Melitón se convertía en un instituto de enseñanza.

En uno de sus viajes al interior de Chuquisaca Melitón iba en la parte de atrás de un camión cargado de cemento. Este camión volcó y las bolsas cayeron sobre él rompiendo su cadera, desde entonces tuvo dificultades y sufrió dolores en esa cadera, pero siguió viajando y caminando aunque con más lentitud. A pesar de estas aflicciones Melitón siempre tuvo un espíritu iluminado por la fe y el amor de Dios y por el deseo de conducir a su pueblo por el camino espiritual. Él, junto con otros amigos en Chuquisaca, tuvo la visión de un centro de educación indígena en Sucre, a 1a cual llamaron “La Casa que Ilumina el Mundo”. Para su ejecución él y su familia donaron un lote de tierra y un toro.

Afligido por una cruel enfermedad Melitón mantuvo su grandeza de alma. En actitud de desprendimiento y oración, sabiendo que sé encaminada hacia el Reino de Abhá, pidió su credencial para presentarse ante Bahá’u’lláh. El último día llamó a su familia y los instruyo para que siguieran caminando en su nombre, que no sirvan bebidas alcohólicas en su funeral, y que lo depositen en la tierra sus restos mortales, de acuerdo a la ley. Así con serenidad y grandeza ante el dolor físico Melitón Saavedra ascendió al mundo espiritual el 6 de Octubre de 1988. Una banda de músicos de los excombatientes lo acompaño por las calles de Sucre hasta el cementerio con un son de marcha apropiado y ya en el cementerio lo despidió como a uno de sus héroes de la guerra del Chaco con un toque de clarín. Luego se recito la oración fúnebre dedicada por ley para despedir a los restos mortales del querido Melitón y encomendar su alma al cuidado de Bahá’u’lláh.

Al conocer su fallecimiento la Casa Universal de Justicia envió el siguiente Cable el 7 de Octubre de 1988:

“Profundamente entristecidos al conocer el fallecimiento del notable promotor Quechua de la Fe, Melitón Saavedra de Chuquisaca. Su firmeza ante persecuciones, su valerosa defensa a la Causa, su extenso periodo de servicio será largamente recordado. La falta de su influencia estimulante será muy sentida. Por favor extiendan nuestra profunda y sentida condolencia a los hermanos afligidos y a los miembros de su amada y distinguida familia. Aseguren a todos que ofreceremos fervientes oraciones para recompensar el bienestar y el progreso de su alma en el Reino de lo Alto.” - Casa universal de Justicia -

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