octubre 21, 2007

BAHÁ'U'LLÁH COSECHÓ UNA FLOR DE SU JARDÍN


Una de las más hermosas flores del jardín de Bahá'u'lláh, un bahá'í maravilloso, una verdadera luz en cada lugar donde estaba, ha dejado este mundo terrenal para remontarse hacia su morada eterna, en medio de los ángeles del Concurso en lo Alto; Navid Nikjou nos ha dejado muy pronto, quizás porque Dios quiso obsequiarle con Su cercanía.

Cuando muy pequeño aún, enfermó gravemente, y su madre oró a Bahá'u'lláh, rogando por la vida de su hijo, y ofreciéndolo para el servicio a Él. Navid recuperó rápidamente la salud, para sorpresa de todos. Años después, su padre veía con regocijo su partida de Irán, pues era tan vehemente al hablar de la Fe, tan valiente en la proclamación del Mensaje de Bahá'u'lláh, que su padre temía que fuese arrestado y martirizado. Años después, navid llevaba una vida relativamente cómoda, cuando cierta noche soñó con la Bendita Perfección, el único anhelo de su corazón, y oyó de Él "Tú eres mío", entonces Navid recordó la historia de su enfermedad cuando infante, y se levantó, y lo dejó todo para servir en el sendero de Bahá'u'lláh.

Su partida ha hecho brotar lágrimas de los corazones de quienes lo conocimos, y aún siento dolor cada vez que entro en cuenta de que no volveré a verlo en este plano, con su sonrisa sincera, con su amistad leal, con la alegría que inspiraba, y con todo el conocimiento que fluía de él.

Navid Nikjou nació al mundo espiritual mientras era pionero en Bolivia, su rango, el de un mártir, es justo para él, ahora mora junto a la galaxia de héroes que siempre quiso conocer, y entre los cuales es contado.

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